Yolanda Díaz, vicepresidenta en funciones del Gobierno de España: “Pido la dimisión de Rubiales, ha vejado y agredido a una mujer”. Aunque la afectada diga lo contrario. Expuesto esto, lanzo la siguiente interrogante: ¿Alguien, a estas alturas, se puede asustar con la actuación del señor Rubiales en la final del Campeonato del Mundo de Fútbol Femenino? ¿No lo conocían? ¿De dónde le vinieron los apoyos para poder llegar a donde llegó? Esto es lo que hay.
Tras esta puntualización, abro el abanico de los hechos acontecidos. Puedo hasta entender la presión a la que se debió ver sometido para que cesara al seleccionar nacional tras la sublevación de parte de las integrantes del vestuario de la selección femenina. Que se resume, o él o nosotras. Sus declaraciones post partido así lo dejaban entrever. Incluso aceptaría, a regañadientes, alguna perla lingüista que lanzó al final del choque contra aquellos que propiciaron un ambiente terriblemente hostil.
Pero lo que no puedo aceptar es su actuación ‘desmadrada’ en el palco y en la posterior entrega de medallas. No voy a ejercer con ustedes de purista, no es mi filosofía de vida, pero del máximo responsable del fútbol español hay que esperar otro comportamiento, con niveles comparables con el cargo que ocupa.
No sé si la sangre llegará al río y tuviera que presentar su dimisión (anda Pedro Sánchez detrás de ello), pero ya se sabe que el organigrama interno federativo es como un reino de Taifas, acuérdense de Villar, donde hubo que utilizar a la Policía para que abandonase la sede. Seguro que seguirá en el cargo, pero permítanme, de nuevo, recuperar una frase que suelo utilizar para resumir este tipo de procederes… “en qué manos estamos”.
Cambio de tercio. Nos encontramos en medio de la semana del comienzo liguero para este Deportivo de nuestros días, con todas las dudas posibles en cuanto a planificación de la estructura del equipo y al bagaje de la imagen ofrecida en los partidos de pre temporada. Mis sensaciones son para guardarlas en un cajón, tratando de no aportar negatividad al camino. Me agarro a la teoría, que suele ser muy habitual para escabullir el bulto, de que la fase previa es para calentar motores y prepararse para competir al mejor nivel. Pero como también leo y escucho que la plantilla puede sufrir grandes modificaciones hasta el último minuto, pues ya no sé a qué atenerme. Este sábado saldremos de la primera duda. Poco se puede decir de la afición, sería caer en la redundancia, pero rozar los 25.000 socios y sin poder utilizar procedimientos electrónicos para darse de alta, por el momento, es de auténtica locura blanquiazul.
Finalizo con el castigo, perpetuo, que sufren los usuarios de las instalaciones deportivas de A Torre para poder aparcar sus vehículos. Me parece una vergüenza suprema que ningún responsable municipal, ni los de antes ni los de ahora, movieran ficha para ayudar a paliar la urgente necesidad de facilitar a los usuarios una solución viable. Cada vez hay menos plazas con el tema de las auto caravanas y la policía anda rauda en localizar a los supuestos ‘delincuentes’, que llegan a entrenar con el tiempo justo, los que llevan a sus hijos a practicar deporte con los minutos milimetrado o los practicantes del golf que deben llevar sus ‘bártulos’ a cuestas y algunos de edad avanzada. Y que no me vengan con la demagogia del transporte público para encubrir el desconocimiento real de lo que sucede. Las realidades son otras bien distintas. Repito por enésima vez: VER-GON-ZO-SO. Ahhhhh… lo de la cafetería, ¿será para las próximas elecciones?
Como siempre un placer
