Permítanme la licencia para meterme en un charco de opinión. La pasada semana resaltaba la presencia de Vero Boquete como comentarista, en La 1 de Televisión Española, para los partidos de la Selección femenina en este Mundial que se está celebrando en Australia y Nueva Zelanda.
Su curriculum, o mejor dicho, su quehacer con la camiseta roja, no me parecía un buen síntoma para tal menester, ya que intuía que a la menor contrariedad futbolística, comenzaría el ‘via crucis’ para el seleccionador nacional.
No voy a defender al Sr. Vida, pues reconozco que no dispongo del material necesario para tal menester. Simplemente me limito a analizar actuaciones. El Ente federativo considera que es la persona idónea para tal menester y hay que asumirlo y desearle la mejor de la suerte. Bastante tuve que ‘tragar’ con Luis Enrique y sus posicionamientos. La santiaguesa, de corazón reivindicativo por los cuatro costados, conjuntamente con la que fuera compañera de ‘fatigas’, Malaine Serrano, aprovecharon el revés ante Japón (0-4), para pasarle factura, en directo, al máximo responsable del cuadro femenino con motivo del plante, previo, de determinadas jugadoras bajo el lema: “O él o nosotras”. Como la federación, de forma lógica, mantuvo firme la postura de apartar al colectivo condicionador, la guadaña estaba servida.
Un Ente público como es Televisión Española, debería hilar muy fino en este tipo de elecciones. Lo suelen hacer, pero aquí se han equivocado.
No era el sitio ni el lugar para reclamar a jugadoras que ellas mismas se apartaron porque no aceptaron las reglas del juego. Y a partir de ahora, ¿qué?, ¿seguirá el análisis condicionado a intereses personalistas? Seguiré estando muy atento al desarrollo del campeonato y las valoraciones de sus comentaristas. Seguro que va a dar mucho juego el tema si los resultados son adversos.
Cambio de tercio. Puedo entender y entiendo, que los máximos responsable de la Entidad blanquiazul, puedan actuar en el seno de la Sociedad de la forma que ellos consideren adecuada para mejorar el día a día. Como ellos mismo dicen, es un proceso de larga duración. Lo mismo que hacen en su estructura económica. Si las previsiones no se cubren, las ‘cabezas’ ruedan sin remisión. Así se viene actuando desde el descalabro en tierras castellonenses. Pero como ya se viene transmitiendo desde todos los ángulos, economía y fútbol no siempre van por una misma línea. Me sorprenden las formas, sigo sin entender como una empresa de tal magnitud, actúa de la forma que lo hace con su estructura, eliminando a gente que representaba un gran valor social, dejando vacios difíciles de entender. Ellos sabrán, son los dueños. Pero dejo constancia.
En el plano deportivo, por el momento y a la espera de las definitivas incorporaciones, es difícil sacar conclusiones de lo que nos vamos a encontrar sobre el césped. Para que todo encaje se necesita un tiempo prudente, pero no sé si el entorno lo facilitará. Esperemos que todo fluya por el buen camino. Sigamos con la fe. Es decir, creer en lo que no se ve.
Como siempre un placer.