Uno de los axiomas del fútbol moderno reza que muchos jugadores pueden ser más útiles saliendo desde el banquillo o incluso participando más en ciertos tramos de la temporada. Que todos van a tener su oportunidad, su momento. ¿Se ha dado cuenta de que los futbolistas ya no salen en la prensa quejándose por su suplencia? Quizá ese tema tenga mayor relación con los departamentos de comunicación de los clubes. Puede ser. Hoy, a los futbolistas les queda un instante para expresarse: cuando son sustituidos en pleno partido. Y lo hacen en bastantes casos, además.
Ahora hay sitio para todos. Los cinco cambios –seis en caso de conmoción cerebral– han ayudado a los estrategas a reafirmarse en un enunciado que empezó a brotar algunos años atrás. Siempre ha habido jugadores nacidos para revolucionar partidos, pero ahora aún más. Siempre ha habido futbolistas incapaces de mantener el nivel físico durante los 90 minutos, pero ahora, en este fútbol tan veloz y constante, aún más.
En medio de todo esto, aparece el nombre de Mario Soriano. El alcalaíno ni revoluciona ni se achica físicamente, pero ha desaparecido del once deportivista en los tres últimos partidos. No es menos cierto que en todos acabó saltando al terreno de juego. Parece que el domingo tendremos la oportunidad de volver a verle en el once titular, aunque en una posición en la que Idiakez todavía no lo ha utilizado. Otros, como Borja o Cano, sí lo hicieron antes. Cosas del fútbol moderno y de otro de sus axiomas: la polivalencia.