OPINIÓN | PaMa, ante la hora de la despedida
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OPINIÓN | PaMa, ante la hora de la despedida

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En La Romareda quedaron claros varios asuntos. Uno de ellos es que hay cierta bisoñez entre algunos de los canteranos que todos estamos deseando ver como titulares en el primer equipo. Otro, que quedó patente en el único gol del encuentro, es que la plantilla ya lleva días pensando más en las vacaciones que en otra cosa. Y uno más, que ya resulta difícil de explicar, y de creer, la ausencia de Pablo Martínez por la tan manida “decisión deportiva”.


El cambio por conmoción de Jaime que se vio obligado a realizar Óscar Gilsanz lo ha dejado meridianamente claro. El técnico betanceiro introdujo en el campo a Nemanja Tosic, que pese a que tiene planta de central y puede jugar en esa posición —también podría hacerlo de ariete... si lo hace Bouldini, ¿por qué no?— originalmente es lateral izquierdo. O ese es el relato que nos contaron el pasado mes de enero.


Martínez volvió a quedarse en el banquillo del estadio zaragozano. El central francés había sido titular en 16 de los primeros 25 encuentros dirigidos por Gilsanz, una cifra alta, importante. Sin embargo, desde su aparición en la 37ª jornada, en El Sardinero ante el Racing de Santander, no ha vuelto a pisar el terreno de juego.


La dirección deportiva no cuenta con Pablo Martínez. Es una decisión que, por supuesto, quienes conforman la plantilla deportivista están en todo su derecho de tomar. Después de dos temporadas siendo prácticamente indiscutible, primero junto a Lapeña y después al lado de Pablo Vázquez, este año perdió la titularidad a manos de Barcia por varios errores. La recuperó debido a la lesión del canterano, por delante de un Jaime que ahora lo ha adelantado por la derecha. Otro dato clave para valorar el escenario es que durante la próxima temporada cumplirá 37 años. El defensa francés fue fichado por Carlos Rosende y Juan Giménez, que formaban la cúpula técnica en el verano de 2022. Sorprendió que un tipo de su bagaje en la élite del fútbol francés bajase dos categorías en España. Sin duda, fue un acierto por ambas partes. Su carácter y físico se imponían en una categoría que le quedaba pequeña. Además, su carisma caló hondo en la parroquia blanquiazul. El equipo comandado por Fernando Soriano premió su gran trabajo renovando su contrato el pasado verano, tras el ascenso a Segunda, por una temporada con opción a otra según objetivos. Esos objetivos están próximos a cumplirse y eso es lo que ha provocado esta incómoda situación. Incómoda para el técnico, que es quién tiene que dar explicaciones ante la prensa sobre decisiones que, en principio, no le competen. E incómoda para la afición, que ve cómo uno de sus ídolos de los últimos tres años no está recibiendo un trato a la altura del rendimiento que ha ofrecido. 


De todos modos, es probable que el Deportivo se haya guardado un as en la manga. Con la baja por lesión de Jaime —o no—, puede que Martínez tenga la oportunidad de despedirse de la afición coruñesa en la última jornada, en la forma en que debe hacerlo un futbolista, dando lo mejor de sí en el terreno de juego. Es lo menos que se puede esperar. Que con la temporada liquidada, arreglada y finiquitada con tanta antelación, a alguien se le haya ocurrido tener ese detalle con el querido PaMa. O no.

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