Que la afición del deportivo es especial ya lo sabe todo el mundo. Y ayer volvió a romper el molde, en la presentación de Lucas Pérez. Que siete mil personas dieran la bienvenida al jugador es algo insólito. Y bonito.
Que no estamos hablando de la llegada de Messi al PSG, o de cualquiera de las estrellas que ficha todos los años el Madrid. Yo prefiero lo que pasó hace unas horas en Riazor. Y, cuando suceden cosas así, no queda otra que ilusionarse y ser optimista.
Nadie tiene una varita mágica para que se materialice en un ‘chas’ el ascenso del Depor. Pero si en Córdoba, Alcorcón o Ferrol vieron la multitudinaria acogida de la afición blanquiazul a Lucas Pérez, han de sentir una envidia tremenda. Lo que suceda en el campo marcará el devenir de la temporada, pero con una hinchada así... ¿Cómo no vas a tener aunque sea un poquito de ventaja?
Así que ahora hay que seguir trabajando, algo más fácil sabiendo que miles de seguidores animan y arropan a la plantilla.