Cuando el depor descendió al infierno de segunda b había un comentario generalizado sobre la actitud de la afición. Todos pensábamos que el deportivismo respondería a la llamada de auxilio del escudo, como así ocurrió.
Con un número de socios ingente para un equipo en la tercera categoría del balompié patrio, se emprendió el camino de regreso hacia el fútbol profesional, pero no se consiguió el objetivo que, de hecho, sigue persiguiendo el RC Deportivo.
Entonces volvieron las dudas ¿un año más en Segunda B hará que descienda el número de socios? La respuesta fue igual de contundente que en el primer año en el averno. El deportivismo volvió a estar con sus colores.
Llegamos a la tercera temporada en esta liga que, a veces, roza el esperpento, y son ya más de 15.000 los aficionados que han renovado o expedido su abono. Las dudas quedan disipadas de nuevo. Esto es el Deportivo, es otra historia, otro sentimiento. Y, si no lo entienden, ni lo intenten. Es cosa nuestra.