Un año mas ha tenido lugar la final de la Copa de A Coruña en el Estadio de Riazor. Espléndido marco para una competición que en los últimos años se ha visto impulsada por la Real Federación Galega de Fútbol que preside Rafael Louzán.
Su desarrollo ha pasado por varias etapas: en un principio la Copa se disputaba entre los equipos de la Liga coruñesa de Modestos, con posterioridad se amplió a los equipos de las Mariñas y de la zona de Arteixo, para volver a solo los modestos coruñeses en la década de los setenta y regresar a la participación de aquellos en la temporada 79/80 con una final entre el Sporting Sada y el Payosaco. Estos años se han añadido equipos que militan en la Primera, Segunda y Tercera Galicia, e incluso los de Preferente Autonómica, con residencia en un área más amplia que llega a Carballo o a Cerceda.
La presente edición, que según la Federación es la ochenta y cuatro, deparó unos enfrentamientos muy interesantes, llegando a la final los equipos del Laracha y del Club do Mar de Caión. El primero había eliminado al Atco. Castros en los 16º, al Sp. Burgo en octavos, al Sporting Meicende en cuartos y al Olímpico C. F. en semifinales.
Por su parte el Club do Mar tuvo que enfrentarse al Maravillas S. D. en 16º, venciendo consecutivamente al U. D. Payosaco en octavos, al San Tirso S. D. en cuartos y al U. D. Carral en semifinales.
El Laracha ya había sido finalista en la Copa del año 1967 perdiendo con el Santa Margarita coruñés, como recordaba en este periódico Ventureira. Después la conseguiría al vencer al Español en el 92. Repitió participación en las finales de los años 2002 y 2003, venciendo en la primera al Sp. Sada y perdiendo con el Vizoño por penaltis. Mis recuerdos de aquel Laracha incluyen aquel primer terreno de juego a la orilla de la carretera y también a jugadores como David o los hermanos Velo, compañeros los tres de trabajo y participantes después en los campeonatos de fútbol de empresa.
En cuanto al Club do Mar, de Caión, menos conocido para mí, solo recordar que su primer entrenador-jugador había sido Marcelino Lareo “cheluca” para los caioneses y Marcelino “el buzo” para los coruñeses, por haber trabajado en la entonces “Obras del Puerto” y jugado en el Sporting Ciudad. Esta ha sido la segunda participación del Club do Mar en una final de la Copa. La primera había sido en el año 2016 en la que fue derrotado por el Betanzos.
El enfrentamiento ha tenido dos curiosas coincidencias: la primera, que son dos equipos del mismo concello, y la segunda, que ambos clubes fueron fundados 1965 y cumplen ahora 57 años de vida. Para el partido de Riazor, el Ayuntamiento de Laracha les patrocinó dos autobuses a cada club, lo que hizo que la final fuera una verdadera fiesta de hermandad entre las dos aficiones. Ganó el Laracha que obtuvo así su cuarto trofeo en las siete finales disputadas. Enhorabuena a su presidente Manel Raposo, a los jugadores y técnicos y a toda su afición. ¡Ánimo al Club do Mar que seguramente a la tercera conseguirá el trofeo!.
