Después de una puesta en escena explosiva parece que el ‘caso Enríquez Negreira’ está viniéndose abajo porque los medios de comunicación ya no se hacen eco de él. Hasta cierto punto es lógico, porque un asunto así no depara novedades cada día dado que se está realizando una pormenorizada investigación por orden de la jueza. Pero también hay quien opina que el Barcelona está ejerciendo todas sus influencias para que algo que tiene bastante mala pinta quede en nada o casi nada.
Había por ahí un informe sobre el patrimonio inmobiliario de cuatro árbitros españoles, dos actualmente en el VAR, y otros dos, en activo. Cuando ocurrieron las primeras filtraciones salieron inmediatamente voces interesadas diciendo que este informe no existía, que era una falsificación y que todo quedaría pronto en agua de borrajas. Pero resulta que la realidad es terca y contraria a lo que se decía: existe ese informe, no es falso y ha sido incorporado por la Fiscalía Anticorrupción a la documentación que maneja la jueza en este asunto.
Lo cierto es que, echando una visual a las páginas de este informe, resulta que es muy curioso lo que se refleja en él. Hay cuatro árbitros muy aficionados a los negocios: Clos Gómez y Jaime Latre, ya retirados, y Hernández Hernández y Sánchez Martínez, todavía en activo. Y han mantenido los últimos años una actividad económica digna de investigación. Y eso es lo que les ha ocurrido. Resulta que tres de los cuatro disponen de propiedades inmobiliarias en considerables cantidades, adquiridas casi todas ellas a tocateja y sin apenas créditos hipotecarios que los avalen. Eso quiere decir que, supuestamente, manejaban dinerito contante y sonante y realizaban todas sus operaciones de compraventa de forma directa. Quizá el único que podría entrar en una actividad más ‘normal’ en este campo sería Sánchez Martínez, cuyas adquisiciones están un peldaño más bajo que las de sus compañeros. ¿Da el arbitraje profesional para todo esto?
Ahora falta que la jueza establezca las ligazones correspondientes, a ver si se pueden relacionar estos movimientos económicos con otra parte de la pieza judicial y así aclararse, dentro de lo que cabe, una parte de la posible relación entre un sospechoso intermediario que cobraba de un club y otros elementos beneficiarios de esta anómala situación.
Al Barcelona le conviene que el caso se apague, pero lo cierto es que nadie ha explicado hasta el momento el motivo por el que cuatro presidentes azulgrana –Gaspart, Laporta, Rosell y Bartomeu, que cerró el grifo en 2018- le pagaban a Enríquez Negreira, vicepresidente del Comité Técnico de Árbitros. A ver si algún día…