En esta parte del cuento nos toca comer perdices, pero no hay que olvidar que todavía falta mucho para el “colorín colorado”. Falta mucho por jugar, por ganar y por gestionar.

En verano, futbolistas de la talla de Salva Sevilla, Valcarce o Hugo Rama se elevaban como vigías del proyecto. El tiempo, su juego y la irrupción de compañeros más atinados les arrastró al banquillo. Pero, ojo, estoy convencida de que su participación será determinante para alcanzar nuestro sueño.

Es cierto que Idiakez ha dado con la tecla, es verdad que Mella le ha dado vuelta y media al equipo, no es mentira que Jurado y Villares destruyen a la par que elaboran el ataque con fluidez, fehaciente es que la defensa (sobre todo por el centro) se muestra segura. Sí, pero el reto de continuar la remontada, llegar al primer puesto, mantenerlo y subir es más que todo eso.

Me consta que el vestuario es una piña, antes de esta racha positiva ya lo era y dicen, repito, dicen, que desde que no está Makaay más. Esto no me atrevería a corroborarlo. Pero que el equipo está unido, sí. Mi deseo pasa por la profesionalidad de los jugadores y la mano izquierda de Idiakez para mantener a todo el mundo enchufado y con el objetivo de aportar.

La Liga es larga, nuestros máximos baluartes, Yeremay y Mella, todavía están en formación y muchas veces para no más de 65-75 minutos. Puede y habrá lesiones, y no siempre vamos a llegar con tres goles de ventaja al descanso, como en Logroño. De ahí la importancia del jugador 12, 13 o 14, que deberá poner la quinta en esos 15 minutos finales, si el partido no está cerrado, o la tercera para matar un encuentro encarrilado. En uno u otro caso, Sevilla o Rama deben ser piezas vitales. A Valcarce lo veo más fuera que dentro de la misión. 

Después están jugadores que todavía pueden dar mucho más de sí como Rubén López, quien ha demostrado que no le asustan las emociones fuertes. Una opción refrescante y valiente.
Y no me gustaría terminar sin hacer mención de un futbolista que siempre me ha gustado, que no hace apenas ruido y que cumple con creces en la posición que determine su entrenador. Me refiero a Jaime, siempre dispuesto y digno.

Y así está el cuento, a medio hacer, durante muchas páginas del mismo las sillas estaban encima de las mesas. Es la hora de ordenar y poner cada cosa en su sitio, y el sitio del Deportivo es arriba, arriba de todo.

Salud y suerte!