Siempre les transmití que para solucionar un problema el primer paso era asumir que realmente lo había, posteriormente localizarlo y por último, buscar los recursos necesarios para solucionarlo. Pues, sorprendiéndonos, parece que el nuevo Consejo de Administración del R.C. Deportivo, ha dado el primer paso. Se han dado cuenta que hasta ahora la gestión, a casi todos los niveles, era la de un pollo sin cabeza.

El pasado lunes, los nuevos consejeros hicieron acto de presencia ante los medios de comunicación tras la celebración de la Junta de Accionistas, que les permitía hacerse, oficialmente, con las riendas de la SAD. Su presidente Álvaro García, siguiendo la nueva moda política de no permitir preguntas fuera del contexto predispuesto, reconoció una deficiente comunicación entre el club y la sociedad. Aquí se dejó una laguna importante, a tener en cuenta, sobre el anterior responsable del área, dejando caer que fuese el verdadero culpable de lo sucedido, cuando realmente fueron sus gestores cercanos, ante el temor del que dirá el gran jefe, los que ejercieron de ‘marionetas’ sin personalidad, optando siempre por un silencio aterrador que descolocaba a la gran masa social y su entorno.

Por otro lado, el Sr. García, oficializó un claro mensaje de optimismo al informar que muy pronto se podrá salir del concurso de acreedores donde se está inmerso y que no permite mirar al futuro sin preocupación. Esto significará que la propietaria tendrá que volver a arrimar el hombro económicamente hablando, preparando el terreno para cuando las aguas, deportivas, bajen con otro caudal y permitan hacer nuevos planteamientos de propiedad.

Después de piropear a los demás miembros del Consejo, informó de lo que será la propuesta de revitalización de todas las áreas del club, un proyecto que llevará la denominación de Plan Estratégico 2023-2028. Por si alguno se le había olvidado, recordó que Abanca, mantiene intacto el compromiso con el Deportivo y al que salvó, en su momento, de la desaparición.

Una nueva sintonía que pretende recuperar sensaciones y que permita afrontar con fluidez un nuevo reto deportivo, que en definitiva es para lo que está montado todo este tinglado. Si los señores Soriano e Idiakez logran que la parte deportiva funcione, todo será más fácil y miel sobre hojuelas. Pero esto ya se escuchó tantas veces, que si no lo veo no lo creo.

Mientras, el querido seguidor deberá ir cumpliendo con el cometido que tiene asignado, que no es otro que ir retirando el abono correspondiente. ¿Se logrará batir, de nuevo, otra marca? Sería muy sorprendente, pero de esta afición se puede esperar lo más grande.

Permítanme un último apunte. En esta mala racha que llevamos de pérdidas de ilustres del deporte gallego, quisiera hacer mención especial a O Bruxo. Todo un personaje que transciende del ámbito deportivo para discurrir entre las leyendas. Simplemente exponer una anécdota, de ya hace muchos años, que viví con él.

Iniciaba mis primeros pasos como entrenador de baloncesto en un club de cantera. Teníamos un partido clave clasificatorio y el mejor jugador se lesionó. Su participación resultaba inviable. Moví los hilos, de aquella no había móviles y logré contactar con él en su ‘clínica’ de Pontevedra. Se puso, sin demasiado ‘vodevil’ y le conté el problema que tenía el jugador y cuando ya estaba la cuestión encauzada, le pregunté por el tema económico, en cuanto me iba a salir el tratamiento. Sus palabras fueron las siguientes: “Mira, yo nunca hablo de dinero antes de atender a un deportista, tráemelo y hablamos”. Mi jugador jugó, ganamos el partido y no me quiso cobrar por la atención dada. Un genio. Descanse en paz.

Como siempre un placer.