Que queden ocho partidos para el final de la fase regular, y que de ellos cinco se vayan a celebrar en Riazor es toda una garantía. La afición no ha dejado de volcarse con el equipo, y ahora mucho más, cuando se acerca el desenlace.
Siempre se puede decir que, a estas alturas, el Depor tendría que haber llegado con un colchón de puntos mayor. Pero después de todo lo que ha sucedido en la presente campaña (en la que incluso el equipo llegó a estar en puestos de descenso), creo que la situación es bastante favorable. Depender de uno mismo vale mucho, y más en un grupo marcado por la sucesión de líderes y la igualdad en lo más alto de la tabla.
El Depor llega en un buen momento a la parte decisiva de la temporada. Si hace su trabajo, no tendrá que estar pendiente de los resultados de los rivales directos. El próximo desafío será intentar amarrar los tres puntos ante el Unionistas. Un equipo que cae simpático y cuya afición está hermanada con la blanquiazul. Y en Riazor. Así que a ver si el Depor da un paso más hacia el ansiado ascenso.
