Del Depor y Rubiales
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Del Depor y Rubiales


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Si soy sincera, tengo que admitir que he pasado una considerable depresión deportivista tras la última debacle en Castellón. Ello me llevó a un verano escaso de fútbol, tibio de expectativas y sin demasiadas ganas de que la maquinaria echara a andar.
 

Curiosidades de la vida, fue mi hija (no demasiado futbolera) la que me devolvió la gratificante posibilidad de disfrutar de mi equipo. Gotita a gotita. Primero renovó el carnet, después me pidió si le conseguía una camiseta vintage, continuó contándome lo bien que se pasaba en las previas del Depor, y por último llegó con buenas sensaciones de Riazor el pasado sábado.
 

Esa noche recapacité sobre el tesoro que guarda esta ciudad con una juventud tan volcada con su equipo de fútbol. Y bajé la guardia. Y me dije “vamos a disfrutar del camino, no pongamos la meta antes de la etapa”.
 

“Me estoy haciendo mayor”, también pensé entre irónica y realista, aunque enseguida volví a la verdad del fútbol y a las muchas ignominias que se han hecho en su nombre, y de nuevo brotó el sentido crítico y esa necesidad que tenemos algunos de ponerle puntos a las íes. 
 

Y pensé en Rubiales. Y en todos los Rubiales de mi vida. Y curiosamente los más Rubiales entre los Rubiales no los encontré en el fútbol, aunque sí adyacentes: en la prensa deportiva. Pocos, pero peligrosos.
 

Nunca me dieron miedo. Las tuve gordas con el peor. Pero la sociedad ha cambiado porque hombres y mujeres han creído y creen que así debe ser... y así será. Siempre quedarán Rubiales, algunos me estarán leyendo y pensarán que no tengo ni idea. No hace mucho un señor me preguntó quién me hacía los artículos para este diario!!!! De estas tengo 1.000.
 

Lo que tiene su aquel es que habiendo sido el fútbol femenino el brazo más corto y débil del engranaje hipermafioso de la Federación comandado por Rubiales y anteriormente por Villar, sea el propio fútbol femenino el que le ponga la puntilla al sistema. ¡Curiosa la vida!
 

Lástima que el fútbol masculino se haya puesto de lado en todo este proceso. Habla bien a las claras de que los futbolistas están muy bien vistos y ganan mucho dinero pero les falta libertad y valentía, toda la que les sobra a las mujeres que han jugado, juegan y jugarán al fútbol. Y toda la que han demostrado los hombres que han acompañado a estas mujeres en su andadura. Gracias José Mañana, Quinocho y tantos….
 

Salud y suerte!

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