OPINIÓN | Dépor comprador, Dépor vendedor
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OPINIÓN | Dépor comprador, Dépor vendedor

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El sino del deportivismo casi siempre ha sido el de vender a sus mejores activos para sobrevivir. Eso al menos sucedió durante cuatro quintas partes de su existencia. O lo que es lo mismo, a lo largo de más de 90 de sus casi 120 años de vida. La única excepción es el de la época del reinado del emperador Augusto César, que luchó contra toda lógica para convertir al Deportivo en un club comprador y no vendedor.


El Deportivo no se encuentra en situación de decidir por sí mismo si es vendedor o comprador. O sí. Las limitaciones económicas que impone LaLiga no aseguran a ningún club que un traspaso millonario pueda ser reinvertido en su totalidad en nuevos fichajes. Claro que vender a un futbolista por 30 millones de euros ayuda, pero esto no es el fútbol de los años 90. Ya no estamos en “La Liga de los presidentes extraordinarios”, la España del pelotazo en la que todo vale. El control al que LaLiga somete a los clubes evita la competencia desleal, para lo bueno y para lo malo. Da igual que un jeque quiera meter cientos de millones de euros en el Almería o en el Málaga. En Segunda División, salvo los descendidos gracias al fondo de compensación por perder la categoría, casi todos los clubes tienen que jugar con prácticamente las mismas cartas.


Viene esto a cuento de la salida de Yeremay y de situaciones similares en otras categorías. No es lo mismo Segunda que Primera. Las diferencias monetarias y los montantes en la máxima categoría son tan grandes que sí permiten realizar reinversiones más completas. Están los ejemplos, sobre todo, de Sevilla y Celta. Los hispalenses se convirtieron en los reyes de la Europa League y en la cuarta potencia del fútbol nacional gracias a ese sistema. Rara vez retenían los del Sánchez-Pizjuán a sus grandes estrellas. Sergio Ramos, Reyes, Seydou Keita, Dani Alves, Gary Medel, Jesús Navas, Rakitic, Alberto Moreno, Krychowiak, Kevin Gameiro, Clément Lenglet, Simon Kjaer, Ben Yedder, Jules Koundé... Muchos millones en caja y muy bien reinvertidos. Eso sí, bastante peor en los últimos años, hasta el punto de firmar en la temporada recién finalizada su peor clasificación desde su último ascenso de Segunda División, en 2001.


El caso del Celta es menos exitoso, pero le está funcionando para consolidarse en Primera. Denis Suárez, Iago Aspas, Roberto Lago, Santi Mina, Augusto Fernández, Nolito, Borja Iglesias, Jonny Otto, Facundo Roncaglia, Sergi Gómez, Maxi Gómez, Lobotka, Brais Méndez, Jeison Murillo, Javi Galán, Jörgen Strand Larsen, Gabri Veiga... Al final, muchas temporadas caminando sobre la cuerda floja han acabado con resultados, con una ansiada clasificación para competición europea tras ocho años de ausencia.


El Deportivo puede seguir creciendo en su plan de cuatro años de camino de regreso a Primera y hacerlo con o sin Yeremay. Lo único que debe prevalecer es el sentido común y un alto porcentaje de acierto a la hora de ir al súper a hacer la compra. Desde luego, mejorar el del pasado verano y el último invierno no debería ser complicado. ¿Petxarroman? ¿Patiño? ¿Mfulu? ¿Herrera? ¿Bouldini? ¿Genreau? ¿Tosic? ¿Gauto? De entre las incorporaciones se puede salvar a Helton Leite, Rafa Obrador y, como mucho, a Eddahchouri. El equipo ha conservado su casilla en la categoría de plata gracias a los futbolistas que el pasado año lo rescataron del barro. Aunque para dar otro paso adelante hace falta algo más. 

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