Las fusiones bancarias provocan a veces situaciones rocambolescas como la que se generó la pasada semana en Málaga cuando la administración judicial del club tuvo que dar explicaciones sobre una cuenta abierta en Betanzos. “A mil kilómetros de la ciudad”, le inquirieron. El rastro era sencillo. Se trataba de una cuenta abierta en Targobank, una entidad que se integró en Abanca hace un año.