Tras un épico y maratoniano partido (casi 4 horas), Djokovic (Nº 2) se impuso a Alcaraz (Nº 1) en el Masters 1000 de Cincinnati, por 5-7, 7-6 y 7-6. Si alguien no vio el partido, solo con ver el resultado, ya se puede imaginar lo que pudo ocurrir en esa final: igualdad absoluta, un partido de poder a poder entre las dos mejores raquetas del mundo en la actualidad, el maestro frente al alumno aventajado, que le sucederá en el trono mundial del tenis. Hasta ahora, en sus cuatro enfrentamientos cara a cara, dos victorias para cada uno. Aún quedan muchos clásicos Djokovic-Alcaraz por ver, como lo fueron los Federer-Nadal y Federer-Djokovic, para que los aficionados al tenis puedan disfrutar del mejor tenis del mundo.
 

Carlitos tuvo el partido en el bolsillo y su primer título de Cincinnati. Fue superior en el primer set, con un tenis demoledor. En el segundo, con 4-3 a su favor y sacando Carlitos, encadenó una serie de errores no forzados que le dieron aire a un Novak muy tocado, casi agónico, que resucitó como si se tratara del mismísimo Lázaro. 
 

Carlitos no supo rematar el partido, desperdició un match ball en el tie-break, cediendo el segundo set. El tercer set fue agónico, encarrilado en un principio a favor de Novak, resurgió el mejor Carlitos, que tuvo la oportunidad de rehacerse y soñar con la remontada levantando un break y forzando un tie-break, donde ya no pudo más y el serbio hizo valer su veteranía.
 

Es evidente que el tenis de Alcaraz no brilló con la misma intensidad que en Wimbledon, ya que de haber sido así, estaríamos hablando de una nueva victoria de Alcaraz, pero en la gira americana, su peor enemigo ha sido él mismo, la falta de continuidad en su juego y errores no forzados en momentos decisivos. En Canadá, le vi falto de confianza y de concentración, su lenguaje corporal no transmitía buenas sensaciones. En Cincinnati, tampoco tuvo buenos inicios de partido, y tuvo que remontar para disputar la final con Djokovic, y también en la final, en los momentos decisivos, reaparecieron los mismos fantasmas. En todo caso, nada que reprochar a Carlitos, que hizo un gran partido, está mejorando a pasos agigantados, no hay que olvidar que, con 20 años, se enfrentó al más laureado de la historia. 
 

Djokovic se enfrentó a su espejo tenístico, dos tenistas con muchas cosas en común, que pueden elevar un partido a la categoría de arte y de drama a la vez, con suspense como si de una película de Hitchcok se tratara. Partido durísimo, el más largo de la historia del torneo de Cincinnati. Alcaraz le dio a Djokovic la oportunidad de rehacerse cuando lo tenía muy encarrilado a su favor, y ya sabemos cómo se las gasta el serbio, cuando se le da aire y se le abre la puerta, empieza la remontada y no hay quien lo pare. A Djokovic tienes que rematarle, y Carlitos tuvo la oportunidad de hacerlo en el segundo se. David (Alcaraz) lamentó no haber sabido rematar a Goliat (Djokovic) cuando lo tenía sobre las cuerdas. En el tie-break agónico, se acabó el partido. Carlitos será el cabeza de serie Nº 1 en el US Open y Djokovic de Nº 2, y solamente se podrán encontrar en una hipotética final.