OPINIÓN | Una apuesta muy arriesgada
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OPINIÓN | Una apuesta muy arriesgada

OPINIÓN | Una apuesta muy arriesgada
Pablo Vázquez, en uno de sus últimos entrenamientos con sus compañeros en pretemporada | Javier Alborés

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Mi reciente paternidad me ha mantenido fuera de las convocatorias de este diario durante casi cuatro meses; en todo este tiempo me han llamado la atención numerosas noticias relacionadas con la actualidad del RC Deportivo pero, sin duda, la que más me ha costado digerir ha sido la decisión para la no continuidad de Pablo Vázquez en el proyecto venidero 2025-26.

 

Ayer en su presentación con el Sporting de Gijón dejó constancia de la amargura que le produjo que le abriesen las puertas de Riazor, una sensación equiparable a la que numerosos aficionados herculinos han experimentado tras esta abrupta marcha.

 

Aunque, tal y como es lógico en una temporada, rubricó tardes poco afortunadas —frente al Levante en Riazor el pasado curso vivió una pesadilla junto a Helton Leite—, lo cierto es que en el cómputo global de la 2024-25 encarnó la regularidad y se mostró como el zaguero más fiable del equipo, siempre con el permiso del polivalente Ximo Navarro.

 

Tanto la propiedad de la entidad deportivista como su dirección deportiva deben dejar en un segundo plano los sentimentalismos y velar por las mejores decisiones para el futuro inmediato del Deportivo, pero prescindir de un hombre experimentado como Pablo Vázquez se antoja una apuesta muy arriesgada que refuerza a un rival directo y, en cierto modo, también carga de presión a los nuevos  y jóvenes zagueros encargados de relevar al 15, Lucas Noubi y Arnau Comas.

 

Con independencia de sus estadísticas como deportivista (con 77 partidos de Liga disputados en dos campañas, todos ellos salvo uno como titular), el ‘Kaiser’ —así lo llamaban sus colegas de vestuario— era un futbolista admirado y respetado por su extrema profesionalidad, sentido común y compañerismo. Un futbolista muy normal —ya escasean—, para nada endiosado, que se marchó por la puerta de atrás. Una pena.

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