Carlitos Alcaraz, en su irrupción en el circuito ATP ha mostrado un tenis superlativo que le ha llevado a ser Nº 1 en el ranking mundial y tener 2 Grand Slam con 20 años, está llamado a liderar el tenis mundial en la próxima década. Si juega como lo hizo en Wimbledon es invencible, no tiene rivales, su peor enemigo es él mismo, si juega a ese nivel no hay nadie que pueda ganarle en la actualidad; pero Carlitos es humano, no puede ganar siempre, en 2023 ha acumulado 8 derrotas por 43 victorias.
He seguido el Masters 1000 de Canadá, que ganó Sinner con total autoridad, y desde el primer momento tuve la impresión que no iba a ser el torneo de Alcaraz, su tenis no me transmitió buenas vibraciones, le vi falto de confianza y de concentración, su lenguaje corporal no transmitía buenas sensaciones. Además, cometió demasiados errores no forzados, su derecha demoledora no le funcionaba, el primer saque no le entraba, faltaba de continuidad en su juego (con un punto ganador superlativo no se gana un partido, por mucho que levantes al público de su silla). Esto provocó que estuviese más inquieto y tenso de lo habitual, perdió el control en su partido contra Paul (en uno de los descansos, tiró la raqueta a su banco, lo cual es impropio de Carlitos, y conociendo a Juanki estoy seguro que le habrá reprobado su conducta para que no se vuelva a repetir).
Un número 1 tiene que saber comportarse en la pista, por respeto al contrario y al público, esto es deporte, se puede ganar o perder, jugando mejor o peor, pero el ´fair play´ tiene que estar por encima de todo, y transmitir ejemplaridad a los niños, que ven en ti un referente a seguir. En Toronto, no reconocí la versión tenística y humana de Carlitos Alcaraz, y mi pálpito me decía que antes o después iba a perder, como así ocurrió.
Ganó sus dos primeros partidos con ciertas dificultades ante Shelton y Hurkacz y en cuartos ante un Paul en estado de gracia, no empezó bien y siguió sin mostrar su mejor tenis y no le alcanzó para pasar a semifinales. No me extraña que el propio Alcaraz se enfadara consigo mismo tras su derrota, que, sin restarle méritos a Paul, tengo claro que tuvo más que ver con un Carlitos desconocido y fallón que no estuvo a la altura de su mejor nivel de tenis y de todo un Nº 1 del mundo.
Una cura de humildad no le viene mal a nadie de vez en cuando, aprender de las derrotas le puede ayudar a afrontar mejor el Masters 1000 Cincinnati y el US Open. Tiene que corregir errores con su equipo y prepararse a fondo para disputar con garantías los dos próximos torneos que están marcados en el calendario.
El objetivo en Cincinnati tiene que ser mantener el Nº 1, y ahí volverá a tener como oponente en una hipotética final a Djokovic, y entre los dos se jugarán el salir como Nº 1 para el US Open, con la ventaja moral que supone ser Cabeza de Serie Nº 1 en el cuarto y último Grand Slam del año. Mucho ánimo Carlitos, ¡tú sí que puedes!