Millene: “Mi familia me creía loca pero siempre ha ido a muerte conmigo”
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Millene: “Mi familia me creía loca pero siempre ha ido a muerte conmigo”

Millene: “Mi familia me creía loca pero siempre ha ido a muerte conmigo”
Millene Cabral, delantera del Deportivo Abanca, conduce el balón durante el partido ante el Athletic B en Abegondo | Foto: Mónica Arcay

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Es imposible resumir la carrera de Millene Cabral Vieira (Porto Alegre, Brasil; 1997) en un par de párrafos porque el currículum de la delantera del Depor Abanca, con tan solo 25 años, es tan largo como sorprendente. Pero hay que intentarlo. 


Millene salió de Brasil a los 17 y puso rumbo a Tennessee (Estados Unidos) para estudiar y jugar al fútbol con una beca durante cuatro años, en 2019 firmó su primer contrato profesional en el Vegalta Sendai japonés y, tras un paso fugaz por el Foz Cataratas brasileño y la expansión de la pandemia, llegó a España para incorporarse al Sporting de Gijón, donde fue la máxima goleadora del Grupo Norte de Reto Iberdrola 2020/21. Cuatro países, a miles de kilómetros unos de otros, en apenas cinco años.


El siguiente paso en su carrera, en Primera División con el Rayo Vallecano, fue convulso en el plano extradeportivo y el pasado verano, en busca de estabilidad, recaló en un Deportivo Abanca en el que se salió en el inicio de temporada. Ahora, aprovechando las dos semanas de parón, Millene hace balance tanto en el plano individual como colectivo.

 

Irene comentó que en Eibar os faltó cierta ambición en ataque. En los últimos partidos os está costando más hacer gol. ¿Lo ves así?
Lo veo así. Pienso que creamos ocasiones. Durante los partidos siempre generamos muchas ocasiones de gol. Al final es tener esa ambición, como ha dicho Irene, de meterlos. Son detalles que te los da el tiempo y la conexión entre nosotras. Hay momentos que metes muchos y otros que te cuesta más pero lo importante es no dejar de creer y saber que nosotras tenemos la capacidad de hacerlo.

 

He tenido mi mala racha, poco a poco mi momento llegará otra vez

 

¿Cómo te encuentras ahora que has recuperado la continuidad en el once tras un tramo de liga en segundo plano?
Creo mucho en los momentos e individualmente habrá buenas rachas y malas rachas. He tenido mi mala racha y ahora estoy volviendo a tener más minutos y a encontrarme mejor en el campo. Poco a poco mi momento llegará otra vez.

 

Era difícil mantener el nivel goleador de tu inicio de liga.
Es difícil y más cuando la temporada es larga. Pienso que también somos muchas jugadoras que pueden aportar y cuando no estoy en ese buen momento hay otras jugadoras que están en el suyo. De eso se trata un equipo.

 

¿Cómo llevaste ese periodo de paso por el banquillo?
Pienso que he tenido una mala racha. Obviamente es difícil mantener el nivel pero no es imposible. Pienso que soy joven en cierto aspecto y de eso se aprende. En mi mala racha estaba en el banquillo e intentaba aportar en la segunda parte lo mejor para el equipo. Hay que entender y aceptar el momento de cada uno. Individualmente sí que he tenido mi mala racha, lo he aceptado y he intentado ayudar al equipo con los minutos que he tenido. Poner el equipo primero y saber qué era lo mejor.

 

Irene es muy exigente y una experta a nivel motivacional

 

¿Cómo es Irene Ferreras como entrenadora? ¿Qué ‘feeling’ tienes con ella?
Como entrenadora es muy exigente con el grupo e individualmente. Hay mucha pasión por lo que hace y eso lo transmite muchísimo al grupo. A nivel motivacional es una experta, honestamente lo digo. Nunca he tenido una entrenadora o un entrenador que llegase tan dentro con sus palabras y con la pasión que transmite. Ese es el ‘feeling’ que tengo con ella. Lo que hace se contagia muchísimo. Antes de entrar en el campo y durante la semana nunca se olvida. Te lleva a hacerlo con el corazón y dejarlo todo siempre. Hay cosas que no se enseñan y eso lo tienes o no lo tienes. Y que tu entrenadora lo tenga, sepa transmitir eso con tanta pasión y tanta intensidad y que te llegue, es un plus muy, muy grande.

 

Has jugado en punta, sola y acompañada, y alguna vez en banda. ¿Dónde te gusta más jugar y crees que rindes más?
Yo soy delantera. A mí me gusta participar y obviamente me gusta jugar más acompañada. Sentir esa sincronía de estar conectada con tus compañeras. He jugado de punta y mediapunta. Yo sé que soy punta pero jugando de mediapunta fue donde tuve mejores sensaciones porque pude participar más. Además, fueron partidos que también me ayudaron a eso porque si juegas contra un Eibar es un partido diferente. Yo ahí jugué contra el Granada y Osasuna. Son partidos en los que puedes participar más y obviamente jugando por dentro es mucho mejor. Arriba me gusta jugar acompañada, eso lo tengo claro.

 

Jugando se nota que lo que te gusta es venir a recibir, combinar, tirar paredes... 
Sí, un juego más asociativo es lo que me sale mejor, es más mi perfil. Cuando jugué de mediapunta fue cuando pude participar más y hacerlo con más libertad. Jugando de punta, dependiendo del partido, es más difícil que el balón te llegue. Cada partido la punta cambia la función. Hay partidos que tú tienes que quedarte más de referencia e insistir ahí en el área fijando a las centrales y otros que puedes venir más a recibir, a crear el espacio, donde puedas tener esa parte de asociarte. Hay muchas cosas que influyen.

 

Hay dos plazas de ascenso. ¿El Depor es uno de los dos mejores equipos de la liga?
Claro que lo creo. Lo creo y lo siento. Tenemos algo muy especial este año. El vestuario que tenemos, las personas que somos, el grupo que tenemos, tenemos muchísima capacidad para hacerlo. Somos uno de los favoritos pero viviéndolo desde dentro también es otra perspectiva. En todos los partidos tenemos la capacidad de ganar y no creo que todos los equipos se sientan así. Es algo muy importante. Por la mentalidad que tenemos y cómo hacemos las cosas dentro del campo, somos un equipo que lo intenta hasta el final. Eso también da mucho. Siempre peleamos por el resultado y somos todas las que lo intentamos hasta el final.

 

En el Depor buscaba esa tranquilidad de poder ser jugadora y nada más.

 

Por temas extradeportivos en el Rayo, no pudiste disfrutar a tope de tu paso por Primera. ¿Qué supondría para ti jugar en Primera con el Depor?
Ojalá. Siempre es una ilusión llegar ahí y, como has dicho, en el Rayo ha habido problemas. Llegar a Primera con un equipo como el Depor, donde de verdad se puede disfrutar de la temporada y enfocarte en jugar y en rendir, obviamente me hace mucha, mucha ilusión esa posibilidad.

 

¿Cómo se gestó tu fichaje? ¿Por qué elegiste el Depor?
Yo hablé con Rocío (Candal). Hablando con ella y preguntándole las cosas, me transmitió mucho. Y todo lo que había escuchado del Depor, siempre he tenido un ‘feedback’ positivo. Yo, encantada la verdad. Me sentí muy afortunada de que me llamara el Depor por ser el equipo que es y por darme la oportunidad. Rocío me transmitió muchas cosas cuando hablé con ella. Buscaba esa tranquilidad, el poder enfocarme solo en el fútbol, buscaba mejorar y que un equipo me cuidara. Buscaba esa tranquilidad de poder ser jugadora y nada más.

 

Has afrontado muchos cambios bruscos a lo largo de tu carrera. ¿La adaptación al Depor y a A Coruña ha sido de las más fáciles?
Ya llevo algunos años cambiando, un año sí y al otro también. La adaptación es difícil. Cambiar de sitio, empezar de cero con un club y con las personas... Son muchas cosas. Pero te podría decir que sí, con los años se te hace un poco más fácil la adaptación. Ya sabes a lo mejor por qué camino ir y las cosas que buscas. Y ya he estado en Gijón, que para mí se parece un poco a Coruña. La playa, el clima, la ciudad no es muy grande... En Gijón yo no hablaba mucho el español y aquí ya mejor. Eso hace que la adaptación aquí sea más fácil todavía. El club facilita muchísimo. Pienso que también he tenido la suerte de coincidir con personas que me ayudaron muchísimo. Sentirte así de bien y cómoda lo hacen posible las personas y la confianza con el club y con las compañeras.

 

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Millene, contra el Parquesol en Copa | Foto: Patricia G. Fraga

 

 

Repaso a su sorprendente carrera

"El fútbol me ha transformado muchísimo, ha cambiado mi vida"

 

¿Cómo vivías el fútbol desde que empezaste a jugar en Brasil, a los 10, hasta que te fuiste a Estados Unidos a los 17? ¿Ha cambiado mucho Millene desde aquella etapa?
La verdad es que la Millene ha cambiado mucho. Cuando empecé a jugar era más por probarlo. No lo tenía tan interiorizado como para creer que podría ser mi sueño, pero poco a poco las oportunidades me fueron llegando y cambiando la cabeza, cada vez más loca (ríe). El fútbol me ha transformado muchísimo, ha cambiado mi vida, y todo lo que tengo es gracias a ello. Esta ambición de querer más, arriesgar, ir a lo desconocido totalmente. Si no sales de casa, no abres la mente y lo que me ha sacado de ahí ha sido el fútbol. Si no fuera por el fútbol, no sería la Millene de hoy. Y no sé cómo sería yo ahora.

 

¿Cambió tu visión del fútbol en esos cuatro años en Estados Unidos? 
El inicio en Estados Unidos ha sido un cambio muy, muy fuerte para mí por cambiar totalmente la mentalidad. En Brasil jugaba pero tampoco con tanta seriedad. Me encantaba y lo hacía por pasión pero esa parte de pensar que podría ser mi trabajo me llegó en Estados Unidos. Allí el deporte es muy valorado y más el fútbol femenino. Jugar en una universidad y que trataran el fútbol con tanta profesionalidad como lo hacían, me cambió la perspectiva de todo. Hasta de decir ‘yo realmente quiero hacer esto, veo que puedo y tengo la oportunidad de hacerme lo más profesional posible aquí mismo’. Yo tenía una beca y mi rendimiento era lo que me mantenía ahí. Tuve que ser muy profesional en ese aspecto porque si no rendía, podría irme a mi casa. Era la oportunidad de mi vida y la agarré con seriedad. Ahí ya tenía otra perspectiva, ya había cambiado totalmente la mentalidad. Ya sabía que mis hábitos tenían que cambiar también y fue donde me transformé totalmente.

 

Después tomaste otra decisión más atrevida todavía yendo a Japón.
Cuando llegué a Estados Unidos tampoco hablaba el idioma y fue también una locura. Yo jugué la liga americana de verano y fue así como surgió la oportunidad de Japón. Obviamente no me lo esperaba para nada porque en mi vida me imaginaría teniendo una oportunidad de irme a jugar a Japón. ¡A Japón! Y más tan joven y siendo mi primer contrato profesional. Tenía una oportunidad que era arriesgarlo todo otra vez. Como te dije, el fútbol en mi vida siempre fue eso, arriesgarlo todo e ir con todo. ¿Me asustaba? Sí, obviamente. Pero era mi oportunidad y no la iba a dejar escapar.

 

¿Qué piensa y qué pensó tu familia en cada una de esas decisiones arriesgadas?
Pffff. Pobre abuela... Mi familia siempre me ha apoyado en todo, todo, todo. Obviamente me creían loca (ríe). Era salir de un continente, ir al otro y luego cambiarlo otra vez, pero mi familia siempre ha ido a muerte conmigo y aunque fuera algo loco estaban conmigo y me apoyaron siempre en cada decisión mía.

 

Cuando volví de Japón estaba muy perdida, no sabía qué camino coger

 

Y pasaste un momento de duda y reflexión cuando volviste de Japón. 
Cuando volví de Japón no tenía club y no tenía tampoco un representante. Estaba como muy perdida. No sabía qué camino coger. Antes de la pandemia me quedé un poco sin dirección pero siempre he tenido suerte en mi vida. Justo en ese momento me llamó una entrenadora y fue cómo llegué al Foz Cataratas (Brasil), pero ahí estuve muy poco tiempo. Jugué un partido y ya llegó la pandemia. Pero si eso no hubiera pasado, si no hubiese jugado ese partido, no estaría aquí. Porque una agencia de aquí de España entró en contacto con ella, con esa misma entrenadora, preguntando si conocía a jugadoras interesadas en venir a España. Habló conmigo y pasó mi contacto.

 

En España pasaste por Sporting y Rayo antes de llegar al Depor y has vivido momentos buenos y malos. ¿Te ves en el futuro en España?
Me siento muy bien aquí en España. Me encanta cómo está evolucionando el fútbol y a nivel de estilo de juego aquí es el sitio del fútbol femenino. Estoy donde el fútbol está evolucionando y creciendo de verdad. A mí me encanta. Lo bueno y lo malo siempre lo he vivido con mucha intensidad. Creo que aquí sigo aprendiendo muchísimo como persona y como jugadora. En cada sitio es una experiencia diferente. En Gijón el proyecto es muy bonito. Yo estaba jugando con jugadoras muy jóvenes y el rol cambia. Era un ambiente muy familiar. Te trataban como una hija. Yo tenía no sé cuántas familias ahí. Sentí que España me abrazó desde el día 1. En Gijón fue donde me sentí más cuidada. Para alguien que lleva mucho tiempo sin ir a su casa es algo muy importante. El apoyo familiar hace mucho y que yo me sienta así fuera de mi casa, pues genial. Luego en el Rayo las cosas no salieron como me imaginaba, pero de todo se aprende. En la vida no todo es bueno y todo pasa por un motivo. Yo aprendí muchísimo ahí y entendí las cosas. En la vida hay que evolucionar y hay momentos que llegan para decir ‘espabila’. Siempre hay cosas que mejorar. Además, si no fuera por eso, tampoco estaría aquí en el Depor. A nivel personal en el Rayo aprendí muchísimo y ahora me toca aprender a nivel futbolístico. Y no digo que en el Rayo no haya sido así porque aprendí mucho. Solo con entrenar con estas jugadoras, que ya llevan muchísimos años en Primera, que ya tienen muchísima experiencia, que van con la selección, que juegan un Mundial... A nivel de ambición eso te cambia mucho la cabeza. Piensas ‘yo estoy jugando con ellas’. Eso te da mucha ilusión. A lo mejor no era mi momento, no ha sido como yo quería, pero ya sé que puedo estar ahí (en Primera). Y quiero volver.

 

Firmamos entonces volver con el Depor.
Ojalá. Estamos en el camino. Estamos ahí muchos equipos pero eso es lo mejor de la categoría. Lo que más quieres, cuesta más. Para subir tienes que luchar hasta el final y ese es el carácter de este equipo.

Millene: “Mi familia me creía loca pero siempre ha ido a muerte conmigo”

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