En la segunda y última parte de la charla –más que entrevista–, Rafael Arriaza muestra, entre otras cosas, su preocupación por la plaga de lesiones de ligamento cruzado que están sufriendo deportistas muy jóvenes, especialmente en fútbol, el deporte, de los más practicados a nivel global que, según varios estudios, cuenta con un mayor índice de lesiones graves.
El reputado traumatólogo y cirujano coruñés califica de “problema social” la falta de aplicación de un modelo de prevención, que, para más inri, ya existe.
¿Cuál es el deporte, hablando de los más practicados a nivel global, que provoca más lesiones fortuitas?
El fútbol. Por encima de cualquiera. Se hizo un estudio en Reino Unido, analizando el riesgo de las diferentes actividades profesionales. La más lesiva que encontraron fue el trabajo en los altos hornos. El fútbol está cien veces por encima. Una locura.
En todos los deportes sufres lesiones por contacto, pero, salvo una conmoción cerebral, que es más seria, suelen ser leves. El fútbol genera lesiones de otro tipo, y mucho más graves. Sobre todo, también, porque el número de practicantes es muchísimo mayor que en ningún otro deporte, con lo cual encima se multiplica porque son muchos más partidos con muchos jugadores en el campo. Multiplicas incidencia de lesión por número de jugadores y el resultado es abrumador.
¿Se podrían ‘adjudicar’ lesiones específicas, mayoritarias, a cada uno de los deportes?
Sí. En balonmano, las dos zonas que con más frecuencia se lesionan son el hombro y los dedos de las manos. En baloncesto, tobillo y dedos. En fútbol, los músculos, sobre todo los isquios, y la rodilla. En natación, por ejemplo, es el hombro en los crolistas y la rodilla en los bracistas. Igual que en gimnasia los problemas son en la columna lumbar y en los tobillos. Casi todos los deportes tienen una exigencia particular alta sobre alguna zona del cuerpo, y esa zona es la que se resiente y se lesiona.
¿Cuál es la peor lesión posible para un deportista?
Depende del deporte. Pero hay lesiones de rodilla que producen un daño tan grande que es muy difícil de resolver por muy bien operada y recuperada que esté. En general, a la mayor parte de los deportistas lo que les ‘mata’ es que haya complicaciones postoperatorias, como las infecciones, porque deterioran el cartílago.
Me consta que hay casos, y no pocos, en que la recuperación física no va pareja a la recuperación mental.
¿Es la cabeza es tan importante como la cirugía y el tratamiento?
En todo. Es fundamental. Todos hemos visto deportistas con unas cualidades fantásticas pero que no han conseguido engranar su cabeza con su cuerpo, no han sabido ordenarse lo suficiente. Y puede pasar que una cirugía satisfactoria la arruine la fragilidad mental del deportista. La cabeza es algo muy complicado, y eso nos supera. Porque la cabeza no se opera. Y si un deportista está de no algunos días, imagina cuando lo normaliza.
La cabeza es algo muy complicado, y eso nos supera. Porque no se opera
¿Existe entre los especialistas en tu campo una mitomanía, tanto por el nombre del lesionado como por el cariz de la lesión? Por ejemplo, “me gustaría operar a Michael Jordan o a Leo Messi”, o “me gustaría operar ese destrozo”.
Probablemente hay gente, como en todo, que es competitiva incluso en eso y que le gustaría tener, dígamos, trofeos. Por una parte, eso existe, pero por otra también está el “menos mal que le ha tocado a aquél y no me ha caído a mí” (risas).
¿Hay temor en el cirujano a que una operación no salga como se espera?
La traumatología deportiva es muy peculiar. Nosotros deberíamos ser transparentes, porque lo que buscamos es permitir que el deportista rinda.
Por otro lado, tenemos siempre una espada de Damocles encima. Un deportista de élite, si pierde un cinco por ciento de su capacidad, deja de ser élite. Y si le has puesto la mano encima, igual un cinco por ciento te cae a ti, aunque fuera imposible resolverlo. Pero de alguna manera tu nombre queda unido a esa situación.
Un cinco por ciento de merma de capacidad, la gente normal no lo nota. Un deportista normal, después de una operación pierde, por ejemplo, un cinco por ciento de capacidad de salto, y no lo nota. Pero de élite uno que salta cincuenta centímetros, esos dos y medio que pierde es la diferencia entre llegar y no llegar, entre ser top y ser sólo bueno o uno más. “Es bueno, pero nunca volvió de la lesión”. Todos los hemos escuchado unas cuantas veces.
No tratamos una lesión, tratamos a una persona con una lesión. Por este orden
Por el contrario, también se habla de recuperaciones milagrosas.
Hoy en día, la mayoría de las veces conseguimos que vuelvan. No tratamos una lesión, tratamos a una persona con una lesión. En este orden. Si el deportista tiene toda su vida ordenada, tiene unos valores, está rodeado de un buen entorno..., tienes una pirámide. En el caso contrario, la pirámide es invertida. Y cuando le quitas la pieza de abajo, se desmonta todo. Y eso es muy complicado de remontar; no estoy hablando sólo de un tobillo o de una rodilla.
¿Hay, en determinadas épocas, lesiones, vamos a llamarlas ‘de moda’? En los últimos años se están viendo muchas de bíceps femoral.
Aunque hay programas de entrenamiento para intentar reducirlas, las de femoral se parecen mucho a las que vemos en los velocistas. Hay una franja de edad en la que los jugadores sufren más esa lesión, fastidiada, pero que no va a retirarte. Sabemos, desde hace poco que, según el tipo de lesión y de qué músculo sea, puede ser mejorar operar para evitar recaídas. Mi gran caballo de batalla, mi obsesión, por así decirlo, son las lesiones graves de rodilla, sobre todo de ligamento cruzado en niños.
¿En diferentes deportes o en alguno en concreto?
Básicamente en fútbol, aunque también algunos casos en baloncesto, sobre todo en niñas. Hay una fase hormonal en las mujeres en que tienen más riesgo de este tipo de lesiones. Los ligamentos se hacen más laxos y parece que el control neuromuscular se reduce, y entonces, sobre todo en ciertas fases, porque el ciclo hormonal no es constante, en las jovencitas esa fase de caos hormonal puede favorecer que tengan lesiones. De hecho, en algunos deportes la tasa de lesiones de cruzado en mujeres jóvenes llega a ser ocho veces superior a la de los chicos, que es muchísimo.
En baloncesto, las niñas tienen entre cinco y ocho veces más lesiones de cruzado que los niños. Es una locura
En baloncesto, entre los 16 y los 21 o 22 años, las mujeres tienen entre cinco y ocho veces más lesiones de cruzado. Es una locura. En fútbol es tres o cuatro veces más. En balonmano, dependiendo en la superficie en que jueguen, igual.
Un niño, cuando está por debajo de los 16 años y sufre una lesión grave en una rodilla, tiene muchas posibilidades de que esa rodilla no vuelva a ser completamente normal. Y a mí, personalmente, me parece aberrante.
¿Es un peligro en esas edades, o es un peligro constante, a lo largo de toda la vida deportiva?
Siempre. El cartílago articular es un tejido que no acaba de madurar hasta los 20 o 22 años. Aunque hayas terminado de crecer, tu cuerpo todavía no ha finalizado; podemos ver que la morfología de la gente cambia después de acabar la fase de crecimiento.
Al cartílago le pasa un poco lo que al hígado. Si empiezas a beber en exceso a los 14 años, tienes muchas más posibilidades de desarrollar una cirrosis que si empiezas a los 25 o 30, cuando el hígado ya ha madurado. A la rodilla le pasa lo mismo: si la agredes cuando aún no ha acabado de madurar, va desarrollar su artrosis más rápidamente que si esa misma lesión hubiera ocurrido 10 años después.
Todos los deportes tienen una alta exigencia sobre alguna zona del cuerpo,y esa zona es la que se resiente y se lesiona
Es un problema social que no haya un modelo, habiendo programas de prevención de las lesiones de ligamentos de rodilla en niños. Un modelo que debería ser obligatorio. No entiendo que no lo haya. Me parece que algo estamos haciendo mal. En el instituto hacemos cursos, damos charlas. montamos congresos... Y en todos digo lo mismo. Te dicen “sí, sí, sí”, pero cuando bajas al escalón de ponerlo en práctica, ahí es donde se pierde.
¿Qué factores concretos hacen que se pierda?
Los niveles de formación, básicamente. Hay un modelo muy simple, que se llama FIFA 11+, de entrenamiento super sencillo; varios estudios han demostrado que su práctica reduce hasta en un 70% las lesiones de cruzado en niñas. Y sólo es un calentamiento, pero estructurado de manera determinada. ¿Cuál es el problema? Que como el deporte casi ha dejado de ser un juego para ser una actividad muy organizada, hay un tiempo reducido para hacer lo que hay que hacer. Y se hace rápido y mal.