Apunten. Martes. Palacio de los Deportes de Riazor. 20.30 horas. Habrá tercer partido. El Liceo ganó en Lleida por 2-3 y se jugará el pase a las semifinales del playoff en su feudo. De nuevo la igualdad fue máxima, pero los verdiblancos, que empezaron perdiendo, controlaron mejor las emociones cuando iban por delante en el marcador y no se dejaron sorprender en los segundos finales. Ahora A Coruña marcará sentencia mientras el Reus, que ganó en Noia en el adiós de Jordi Bargalló, espera pacientemente rival para una eliminatoria que empezaría ya el próximo viernes.

Juan Copa introdujo variaciones en el quinteto inicial, en el que se volvió a ganar un puesto Arnau Xaus y del que se cayó casi por primera vez en la temporada Nil Cervera. Tato Ferruccio también volvió a empezar desde el banquillo para dar paso a Bruno Saavedra, premiándole por el buen rendimiento de hacía una semana pese a la derrota en el Palacio. Y con la estrategia bien clara, nada de concesiones, fortaleza atrás y solidaridad a toda pista, arrancó el partido.

Sin embargo, lo que no entraba en los planes del Liceo era una tarjeta azul cuando no se habían ni cumplido los dos minutos. César Carballeira se fue dos minutos a la silla de pensar y aunque Nico Ojeda falló la directa, en superioridad el Lleida movió bien la bola para encontrar al argentino (salieron los locales con su tridente albiceleste al completo: Ojeda, Giménez y Tombita) y que este enmendara su error anotando el 1-0. La eliminatoria se le ponía todavía más cuesta arriba al Liceo.

Respuesta verdiblanca

Pero respondió muy rápido, con una buena acción de Arnau Xaus, la resurrección del pichichi al que el Liceo necesitaba más que nunca. Y con el empate llegó una azul a Darío Giménez, solo ocho segundos después, por lo que ocasión de darle la vuelta en un tiempo récord. Entró Tato Ferruccio a tirar la directa, había acertado en el partido anterior. Y esta vez se estrelló contra el palo y tampoco los verdiblancos aprovecharon el juego en superioridad.

Todo comenzaba otra vez, aunque con ocho minutos menos, y el Liceo ya podía volver a poner en marcha el plan inicial del partido aunque le tocara mover el banquillo antes de lo esperado. Resetear. Y los de Juan Copa volvieron a centrarse en hacerse fuertes atrás y poco a poco ir llegando con más claridad a la portería de Martí Zapater. Y se encontró con una nueva ocasión a bola parada por una azul a Moncusí, que enganchó en la salida de la bola a Ferruccio. Fue Arnau Xaus y el resultado fue el mismo que el anterior. Falló.

Al Liceo le costó dominar en superioridad y cuando ya parecía que esta no iba a dar sus frutos, Dava Torres encontró en el segundo palo a Nil Cervera, que empujó la bola a la red. Para más tranquilidad, solo dos minutos después, Bruno Saavedra anotó el tercero celebrándolo con rabia en el suelo. Y aún pudieron ampliar más el marcador los coruñeses con dos ocasiones para Arnau Xaus. 

El Lleida, un poco aturdido por los goles, respondía con la magia de Darío Giménez, aunque por momentos sus jugadores se pasaban más tiempo en el suelo, lo que iba calando en los árbitros, que le iban cobrando una falta tras otra, hasta siete en la primera parte, que terminó con el gol de Sebastiá Moncusí que prolongaba el suspense para el segundo tiempo.

Momento crítico

Después de lo ocurrido en el Palacio el pasado sábado, se notó que las instrucciones de Juan Copa a la salida del vestuario fue la de jugar con cabeza. Iban por delante. Era el rival el que tenía que arriesgar y descomponerse. El veterano Darío Giménez tomó la iniciativa. Calidad le sobra y se las tuvo con Bruno Saavedra. Subía la temperatura y más cuando Ferruccio vio azul por dejarle el codo en la cara a Ojeda.

El Liceo estaba al borde del abismo. Con una azul y nueve faltas en contra. Y ahí le mantuvo Martí Serra. Primero ante Giménez, que se lió demasiado para lo especialista que es las faltas directas. Y después ante Tombita por la décima falta que forzaron los verdiblancos para sacársela de encima cuantos antes. Todo seguía igual y el Liceo había solventado uno de los momentos más difíciles del partido.

Pero aún quedaban diecinueve minutos de sufrimiento por delante en los que otra de las claves fue la desafortunada lesión de Tombita. El argentino se retiró sin poder apoyar la pierna derecha escoltado por Fabrizio Ciocale y  Jacobo Copa, sus antiguos y futuros compañeros, ahora rivales, y no pudo volver a salir al parqué del Onze de Setembre.

Arreón final

El conjunto coruñés, aprendiendo la lección, jugó mucho más inteligente, esperando para sentenciar a la contra y no le faltaron ocasiones para haberlo hecho, bien con Ferruccio, que se fue alto, bien con Bruno Saavedra, con gran intervención de Zapater, y con otras de Dava Torres y Arnau Xaus. También Serra apareció para frenar a Badía a falta de dos minutos y medio.

Se acercaba el examen definitivo, el del último minuto. El Lleida optó otra vez por sacar al portero y jugársela con cinco en pista. Los verdiblancos no perdían de vista a Nuno Paiva. Dava bloqueó su primero intento. El segundo, cuando quedaban apenas unos segundos, se fue fuera. No hubo milagro esta vez. Resolución, en el tercer partido.