En su presentación como nuevo entrenador del Básquet Coruña, Carles Marco comentó que le hace “mucha ilusión” sumarse al proyecto del conjunto naranja, con el que espera “agradar a la afición” con un baloncesto vistoso y ambicioso, aunque sin obsesionarse con el ascenso.

Comenzó el acto con Charlie Uzal, director deportivo, aliviado porque “por fin podemos presentar al entrenador; estábamos esperando a que acabase la competición en Francia, por respeto a él y al club”. Y añade: “Poco puedo decir de él que no se sepa. Buscamos la idea del club: un baloncesto vistoso, que parta desde una defensa agresiva para poder correr, y que enganche al espectador y que depare más llenos en el Coliseum”.

Además aprovechó la tesitura para “dar gracias a la afición por las reservas de abonos; demuestra que A Coruña quiere basket y que está con el equipo”, y para recordar que “el próximo lunes abriremos la campaña de abonados; ojalá sigamos creciendo”.

Mucha ilusión

El técnico badalonés llega con la liga francesa calentita bajo el brazo, conquistada como asistente de Tiago Splitter en el París Basketball, que meses antes también había ganado la Copa. “Quiero dar las gracias a Pablo  [De Amallo] y a Charlie por confiar en mí para liderar este proyecto. Cuando hablamos, me hizo mucha ilusión. Y vengo con muchas ganas de poder ayudar al club y al equipo a ser lo más competitivos posible, a ganar los máximos partidos posibles. Y que se vea un buen juego y siga la afición, como he visto e ido siguiendo,  apoyándonos al máximo. Gracias también por la paciencia, porque al estar todavía trabajando se alargaron un poco las noticias. Muy contento de estar aquí, en este club, en esta ciudad y en este proyecto”, fueron las primeras palabras de Carles Marco como entrenador del Básquet Coruña.

El último partido en la segunda categoría nacional de Marco fue precisamente contra su nuevo equipo, en la octava jornada de la temporada 2021-22. Y, tras caer en Fontajau por 68-80, el Bàsquet Girona le despidió. No lo olvida, pero prefiere quedarse con los “buenos recuerdos, porque el último es malo (risas). Me lo han recordado, no me acordaba. He venido muchas veces a esta ciudad, he jugado muchas veces contra el Leyma, con buenos recuerdos, y alguno malo, como ese último. No sé si es justicia poética, pero sí que me gusta el poder estar aquí, porque creo que es un proyecto muy serio, con mucha gente detrás que quiere baloncesto en la ciudad. Después de estos tres años en otra faceta [asistente], tengo muchas ganas de empezar a trabajar y de ayudar a un club como el Básquet Coruña”, agrega.

Presión positiva

Respecto a la exigencia de ascender, el exentrenador también del Oviedo y el Palencia, comentó que “seguramente todos pensamos que un equipo como el Leyma quiere volver a estar en la ACB. En mi mente está ser lo más competitivos posible y ganar los máximos partidos posibles. Pero tampoco vamos a estar pensando cada día en que vamos a ascender, porque esto es una presión que no te supone nada bueno. Lo que hay que intentar es hacer es la cosas lo mejor posible. Sé dónde estoy, sé de dónde vengo y yo mismo me pongo la presión de intentar hacerlo lo mejor posible. Seguramente hay muchos equipos que piensan lo mismo: Granada, Obradoiro, Palencia, Estudiantes, Fuenlabrada... Primero vamos a intentar hacer el mejor equipo posible. Aunque, seguramente, en nuestro fuero interno cada uno tendremos la ilusión de estar lo más arriba posible ”, subraya. 

Marco viene de un equipo, el París, con un juego vistoso y desinhibido que ha dado grandes resultados, a uno con con un juego vistoso y desinhibido y que ha descendido. Pese a ello, piensa dar cierta continuidad a la filosofía precedente. Por ello, admite, la idea es “agradar a nuestra gente. A veces las cosas salen o no, dependiendo de los jugadores que tengas. Porque en el fondo los protagonistas son los jugadores. En París tuvimos jugadores con ese estilo, y además ese ADN, porque cinco o seis llevaban tres años juntos con esta propuesta de juego”.

Así que “la idea es esa, buscar jugadores que tengan talento y la predisposición para jugar alegre. Cuando tengamos el equipo, veremos. No podemos pensar que esa propuesta no sirve. Iremos adaptándonos a lo que podamos jugar. Mi idea no ha cambiado, y no solo por haber estado este año en París. Pasar la pelota, ser un equipo, ser agresivo desd e la defensa para poder correr, no renunciar a un tiro...”

Una idea que, pese a todo, no es del todo intocable. “Intetaremos conseguir jugadores que se adapten a lo que queremos jugar. Necesitamos talento y experiencia en esta liga. Pero tampoco vamos a variar el estilo porque no consigamos algunos jugadores con el perfil que buscamos. Si tienen un poquito menos de perfil, vamos a ayudarlos a jugar así. Tenemos en la cabeza cómo confeccionar la plantilla; el tipo de jugadores que podamos fichar determinará cuántos tendremos en plantilla”.

Charlie Uzal interviene en este momento para comentar que “seguramente pronto habrá noticias” respecto a fichajes. “Ahora estamos trabajando en ello”, remata el director deportivo del Leyma.  

Flechazo

Respecto a cómo se produjo el fichaje, el exinternacional con España reconoce que fue una especie de amor a primera vista. “A los dos días de decírmelo mi representante tuvimos una reunión, y mi primera impresión fue muy buena. Es más, me hizo mucha ilusión, porque he entrenado siete años en Primera FEB y seguramente nunca he estado en un equipo de estas características, con potencial para estar de nuevo a la ACB. Estuve en equipos donde lo hicimos muy bien, pero con presupuestos más bajos y con ideas diferentes. La verdad es que me atrajo mucho. Y mi primera idea fue ‘no lo voy a pensar mucho, y adelante’. Por eso me hizo mucha ilusión venir aquí”, prosigue Carles Marco, quien ha firmado por dos temporadas.

El badalonés ha sido asistente en los tres últimos cursos en, por este orden, Barça, Estrella Roja y París, experiencias que, asegura, le han enriquecido como entrenador. “Coges cosas que están bien, o crees que están bien, para seguir haciéndolas, y cosas que no están tan bien, para seguir mejorándolas. He estado con un entrenador como Dusko Ivanovic, con una filosofía de juego diferente a la que he tenido este año con Tiago [Splitter] y el grupo de jugadores del París, que ya venía de atrás. Vas cogiendo ideas que te puedan aportar, pero es cierto que, dependiendo de los jugadores que tengas, podrás hacer una cosa u otra. Liderazgo, vestuario, ejercicios, entrenamientos... De todo vas absorbiendo y quedándote con cosas que puedas aplicar al baloncesto que quieres. En general, vas mejorando como entrenador”, considera el catalán.

Pese a la lejanía, Carles Marco asegura no ha dejado de seguir las competiciones españolas. “Los tres años que  he estado en la Euroliga hemos jugado casi noventa partidos [en cada uno de ellos]. Aunque no he tenido mucho tiempo, pasas muchas horas solo y viajando y he visto muchos partidos de la ACB y he seguido la Primera FEB a través de partidos y estadísticas. Porque es desde donde vengo y tampoco voy a pensar ‘como ahora estoy en la Euroliga, solo voy a ver Euroliga’. Me apetecía verlo y lo he seguido, como he podido, porque es difícil cuando cada dos días estás cambiando de ciudad y cada dos o tres días tienes un partido”, concluye el flamante sucesor de Diego Epifanio.