El Dominicos cambia de entrenador, pero no de apellido
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El Dominicos cambia de entrenador, pero no de apellido

Pablo Togores sustituye a su hermano Manu como entrenador del primer equipo de OK Plata ► “Va a formar un buen grupo y le imprimirá carácter”, confía el ex
El Dominicos cambia de entrenador, pero no de apellido
Manu y Pablo Togores, exentrenador y nuevo técnico del Dominicos, en una visita a DXT | Pedro Puig

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De Togores a Togores. El banquillo del Dominicos cambia de nombre, pero no de apellido. Manu, el mediano de los tres hermanos, anunció su salida después de cinco temporadas, y Pablo, el pequeño, toma el relevo para el próximo curso, el séptimo consecutivo del equipo coruñés en OK Plata.


“Está preparado, va a formar un buen grupo de trabajo y estoy seguro de que le imprimirá carácter al equipo”, destaca el técnico saliente, que ya compartió banquillo con su hermano esta última campaña, en la que salvó la categoría con agonía pese a la derrota en la última jornada en Sant Feliu.


El ya exentrenador destaca precisamente ese encuentro como el peor-mejor momento de su ciclo al frente del banquillo colegial: “Lo teníamos controlado, pero nos hicieron dos goles en 15 segundos y lo pasamos muy mal. El final del partido fue un alivio enorme”, confiesa el mediano de los Togores, que desgrana los motivos de su marcha.

 

 

“Son ya cinco años, demasiado tiempo con las mismas ideas y en el mismo sitio. Creo que el club, el equipo y yo necesitábamos un cambio. Nos va a venir bien”, arguye Manu, que asume la responsabilidad de unos resultados por debajo de los esperado: “No están acorde al nivel del equipo y a las expectativas que teníamos. Llevamos tres años con problemas de todo tipo y mirando  hacia abajo. Esta última temporada se atascó todo desde el principio, tuvimos que ir corrigiendo cosas sobre la marcha y sacando puntos como fuese, una situación muy, muy estresante”, abunda.


El técnico coruñés reconoce un alto grado de desgaste durante su etapa como entrenador jefe en OK Plata, pero se deshace en elogios hacia sus jugadores: “El grupo de esta última temporada es el mejor que he tenido nunca. No se perdían ni un entrenamiento, ni siquiera cuando éramos últimos con un punto, venían igual con dolor y después de partidos durísimos y viajes muy largos”.


Manu se planteó dimitir en invierno, pero la directiva confió en él hasta el final: “Lo valoré por hacer un cambio, pero el club quería que siguiese y me apoyó totalmente. Consideraron que era la mejor persona para sacarlo adelante y después de cuatro años creí que era un poco injusto dejarlo así. Tenía que acabar el ciclo con el equipo en Plata”, explica el entrenador, que después de terminar la temporada se tomó una semana para decidir su futuro.

 

 

“Quería tomar la decisión en frío. Me di unos días para ordenar todo mentalmente y pensar qué era lo mejor para mí y para el club. Me da pena dejarlo por los vínculos que he generado dentro del equipo, pero me voy tranquilo y agradecido a las personas que confiaron en mí, los jugadores y mi mujer, Eva, que me aguantó en los peores momentos”, zanja el ya exentrenador, que se alejará un año de los banquillos para seguir formándose. “Es mucho más fácil ver otras opciones dentro del deporte cuando tienes distancia y otra perspectiva y no la presión y la necesidad de ganar cada fin de semana”.


De Togores a Togores, Pablo asume el bastón de mando de su hermano Manu y toma un equipo que ya tiene tres bajas confirmadas: el capitán Manu Becerra y el santiagués Marcos Vaamonde dejan el equipo por motivos laborales, mientras que el portero Iago López se marcha a Bolonia con una beca Erasmus. El primer fichaje para la temporada 2025-26 es el coruñés Gabriel Villares, que se reúne con su hermano Tomás.

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