El pelotón de O Gran Camiño vive en un estado de alerta permanente. Los ciclistas se acuestan cada noche con el frío metido en el cuerpo. Y cuando se despiertan lo primero que hacen es mirar por la ventana. Llueve. Y el viento sopla con fuerza, mucha fuerza.
El aviso naranja del primer día en la contrarreloj de A Coruña les persigue todo el camino, en Lugo, en Ourense y también en Pontevedra. En carrera, la alerta es de color amarillo. Se llama Jonas Vingegaard, un temporal que puede con todo.
El doble ganador del Tour empezó a montar en bicicleta en las interminables llanuras peinadas por el viento de Dinamarca. La única diferencia en O Gran Camiño está en el terreno. Galicia no tiene un metro llano. Y en las carreteras, de asfalto descarnado, olvidadas. Pero Jonas está como en casa.
Vingegaard, que ya dominó la segunda edición de O Gran Camiño en 2023 con tres victorias de etapa, repitió la machada. Salvo en la crono de la Torre, con los tiempos anulados para la general, ganó el viernes en Chantada, el sábado en Ribadavia y el domingo en Tui, la jornada reina, con un doble ascenso al Monte Aloia en el menú. Seis de siete.
La borrasca que acompañó a los ciclistas todo el día encendió las alarmas, otra vez. Y la organización tomó la decisión, de acuerdo con los equipos, de acortar el recorrido, de 158 a 132 kilómetros, sin la segunda subida del Aloia.
“El fortísimo viento, especialmente en la ladera de bajada de la que iba a ser la primera subida, aconseja que no se transite por esa zona, teniendo presente la seguridad de los ciclistas”, comunicó.
No le importó a Vingegaard ni a su equipo, que frustaron una fuga más y enfilaron el grupo hasta el ataque del danés, a tres kilómetros de la llegada. El mejor escalador del mundo, el que destronó a Pogacar en los Alpes, se siente cómodo con el desnivel, cuanto más mejor.
El Aloia, 6km al 8% de pendiente media con rampas que superan el 13%, es un aperitivo para él. No para los demás, que penan cuando ataca. Sorprendió el joven escalador francés Lenny Martínez, segundo en la etapa y también en la general. Egan Bernal cayó a la tercera plaza con el vaso medio lleno: es su primer podio desde el terrible accidente que sufrió en 2022.
El primero es Vingegaard, claro, rostro empapado, pero satisfecho y feliz. Trabajo cumplido. La temporada no ha podido empezar de mejor manera: tres etapas, general y, de paso, la montaña y los puntos. Sólo deja subir al podio al mejor joven de la carrera y al primer gallego, un sonriente Carlos Canal. Sus rivales han recibido el mensaje: alerta amarilla.