El Leyma Basquet Coruña ganó al Ourense por tercera vez esta temporada, en el primer derbi oficial, que acabó igual que los dos de pretemporada: victoria naranja por más de 20 puntos de margen. Al final fueron 29 (106-77), una buen añadido al ya de por sí jugoso diferencial, que podría ser decisivo para deshacer un hipotético empate en la clasificación para la Copa Princesa de Asturias.

El Leyma abrió el partido con un parcial de 4-0, fruto de dos canastas muy trabajadas, mientras que el COB empezó entregándose a los tiros de larga distancia. Sin acierto.

Espabilaron los visitantes con los balones a Radic en el poste bajo, donde Huskic sufrió ante la mayor fortaleza física del serbio. Y sufrieron los aficionados con el trío arbitral, empeñado en castigar hasta los suspiros y en ver infracciones donde no había nada.

Un total de 15 faltas señalaron Baena, Ibáñez y Sanhermelando en los 10 primeros minutos, que si por algo no destacaron fue por la dureza defensiva. Destacó, en el bando naranja, el acierto en los tiros de dos (8 de 13) y en los libres (10 de 11), el dominio del rebote y el hecho de haber perdido un solo balón.

Zona de atasco

Tampoco desperdiciaron ninguno los de Diego Epifanio en el segundo corte, más picudo que el primero a pesar de arrancar con un triple de Alex Hernández para quebrar la zona 2-3 ordenada de salida por Félix Alonso. El tiempo le daría la razón al técnico visitante. El Leyma, negado en el triple –falló los 6 siguientes– pasó a estar muy incómodo. Un parcial de 1-9 obligó a Epi a parar el partido con 33-29.

Los ajustes en ese minuto dieron resultado: situar un hobre en el poste medio para distribuir el balón. Sencillo y práctico. Parcial de 4-0, interrumpido por un triple de Javi López, y seguido de otro de 6-1 para recuperar los dos dígitos de ventaja (43-33). 

Un tremendo palmeo de McDonnell elevaría una nueva máxima al marcador (50-38), a la que el COB le limaría 3 puntos para llegar al descanso por debajo de la famosa barrera psicólogica (50-41).

Desconcertante arranque del tercer cuarto. El Ourense recuperó el Radicsistema y el serbio se puso las botas ante un defensor más bajo, Galán. Los 8 primeros puntos azules llevaron la firma de su pívot. Lundqvist anotó los 2 únicos del Leyma en esos minutos.

El COB se había acercado, en un visto y no visto, a solamente un triple de distancia (52-49). Y con triples contestó la marea naranja. Abrió el fuego Barrueta. Le siguió Jakovics. Alonso pidió tiempo muerto. Turner anotó desde el arco sobre la bocina de posesión. Y ahí se acabó el COB. Y empezó una tormenta perfecta y concentrada.

Barrueta, desencadenado, siguió taladrando el aro. Y Galán encontró la manera de  vengarse de Radic. El extremeño se movió de fuera a dentro, sacó al serbio de sitio y anotó 6 puntos seguidos, triple y 2+1, para acercar la renta local a la veintena, alcanzada con dos libres convertidos por Diagne en la primera posesión del último periodo (77-57).

A partir de ahí quedaron por zanjar dos asuntos que ya empiezan a ser recurrentes en los partidos de Riazor: saber hasta dónde llegaría la ventaja de los de Epi, y si serían capaces de alcanzar de nuevo los tres dígitos en su marcador. El superávit hizo cima con el final del derbi y la quinta centena del curso llegó con todavía 56 segundos en el reloj. 

Un broche de oro a un año 2023 que augura muy buena cosecha en el que comenzará dentro de dos días.