El Compostela llegó a As Eiroas, se sacó los zapatos, se puso cómodo, se sentó en el sofá y colocó los pies encima de la mesa. Como haría cualquiera en su propia casa. Así pareció sentirse en el encuentro ante el Bergantiños. Sorprendentemente cómodo en un hábitat que no es el suyo. En un campo pequeño, de césped artificial y ante un Bergan habituado a As Eiroas. David Uña, autor del gol del triunfo visitante, cuajó una actuación espléndida y comandó a un Compostela que supo sufrir para vencer.
Las primeras llegadas del partido al área rival tuvieron color rojo, pero fue el Compostela el que golpeó primero en una acción a balón parado. Samu lanzó el córner al primer palo y ahí apareció David Uña para peinar el balón a la red. Una jugada que recordó a un tanto de la SD en Barbadás con los mismo protagonistas.
El 0-1 dejó grogui al Bergan, que no supo cómo conectar con sus hombres de ataque. En cambio, el Compos campaba por As Eiroas como si fuese el equipo local y no un conjunto habituado a jugar en San Lázaro. En ese contexto pudo ampliar la renta Rubén, pero su control fue deficiente e hipotecó el mano a mano posterior ante Cristopher.
El Bergan no tiró ni una vez a puerta en el primer acto. De hecho, la única vez que estuvo cerca de empezar a voltear el marcador no fue ni siquiera mérito suyo. En el minuto 42 Mon recibió su primera tarjeta amarilla y el cuerpo técnico del Bergan reclamó que era la segunda. Después de unos momentos de incertidumbre, el árbitro se acercó al banquillo local para aclarar que la confusión se debió a que en el minuto 4 amonestó a Mon pero acto seguido se retractó y le enseñó la amarilla correctamente a Uña. El fin del caos casi coincidió con el término de la primera mitad.
Pequeña reacción
En el descanso Miguel Figueira decidió dar entrada a Nacho por un errático Antas, con el cambio hacia el juego directo que eso conllevaba. Y el delantero no tardó en darle la razón a su entrenador. El ariete recibió un pase dentro del área y con el control orientado dejó en evidencia a Cardeñosa. Eso sí, en el mano a mano ante Lorenzo la echó fuera. Fue la primera ocasión de peligro del Bergan.
La oportunidad espoleó a los locales, que pudieron empatar con un disparo de Rivera que se fue desviado.
Sin embargo, el ímpetu inicial se diluyó a medida que pasaban los minutos y el Compostela, con un Uña agrandándose con el paso de los minutos, pudo volver a respirar. Aunque las fuerzas ya no le llegaban para hacer daño en ataque.
Los minutos finales del Bergan fueron un quiero y no puedo. Imprecisiones, faltas colgadas sin peligro, precipitaciones... Y cada jugada mínimamente prometedora era destruida por Uña, el claro MVP del partido.
Aun así, el Bergantiños tuvo una última oportunidad para empatar en la cabeza del joven Richi. Aunque su testarazo en un córner fue blocado por Lorenzo sin problemas. Finalmente, el Compos se llevó un meritorio triunfo sacando las uñas en As Eiroas.
