“Después de seis años en Zalaeta, imagínate lo que supone este partido para mí. Va a ser muy especial. Zalaeta lleva tiempo soñando con esta competición. Y por fin la voy a jugar, pero con mi actual equipo, Kiele Socuéllamos”.
Valgan estas declaraciones para presentar a la jugadora que las dijo, Alba Quirós. El pasado verano inició su primera aventura fuera de casa para llegar a esta localidad de la provincia de Ciudad Real.
Y el destino ha hecho que una de las semifinales de la Copa Princesa, que este fin de semana se celebra en Palma de Mallorca, sea Zalaeta-Socuéllamos.
“Llegamos a este partido sin haber perdido todavía en la Superliga 2, con doce victorias. Esa puede ser nuestra única ventaja en la Copa. “No vamos a cagarla ahora”, pensamos las jugadoras, pero bueno, en algún momento dejaremos de ganar”, señala.
Alba Quirós conoce bien al Zalaeta, su equipo de toda la vida hasta esta temporada. “Mi entrenador, Chema Rodríguez, me ha preguntado cosas sobre Zalaeta, porque tiene poca información. Y sabemos que va a ser un equipo difícil. Da igual que viajen el mismo día de la semifinal, o que no hayan podido entrenar las jugadoras juntas hasta esta semana. Van a ir a por todas. Tienen muchas ganas de jugar la Copa Princesa. Recuerdo que un año no nos clasificamos por solo un set”.
Rápida adaptación
La joven jugadora está viviendo una bonita experiencia en tierras manchegas. Y no solo por los buenos resultados deportivos. “Cuando fiché por Socuéllamos tenía un poco de miedo. Era la primera vez que me fichaban y que salía fuera. Pero estoy muy contenta. Es un pueblo que no llega a los 13.000 habitantes y me han acogido muy bien. El primer fin de semana que estuve allí no conocía a nadie, pero la gente ya sabía quién era yo. Todo es muy familiar y están muy volcados con el deporte”.
También está muy contenta con su papel dentro del equipo. “Estoy en el seis titular y dispongo de minutos. Nuestro entrenador intenta sacar lo máximo de nosotras”.
En este sentido, compara a su actual técnico con el que la formó en los últimos años, Jorge Barrero. “Son parecidos en cómo entrenan, aunque diferentes en el carácter. Pero me llevo bien con los dos. A Jorge le tengo mucho que agradecer, me cogió desde pequeña. Y tuvo mucha paciencia conmigo”, recuerda Alba Quirós, una jugadora con ganas de volver a coincidir con el Zalaeta, esta vez al otro lado de la red.
