Asentado en la última posición de la clasificación y bajo la batuta de Luis César Sampedro, el RC Deportivo prolongó su agonía de la primera vuelta liguera con una serie negativa de resultados cosechada en el mes de noviembre.
Los blanquiazules seguían siendo incapaces de sumar de tres en tres, un requisito fundamental para alimentar las esperanzas de salvación y se encasquillaban una y otra vez ante rivales discretos que sin embargo empequeñecían una y otra vez a los de Riazor.
Noviembre supuso la continuidad de un estado de hibernación que ponía muy cuesta arriba la permanencia en Segunda División.
El primer envite que afrontó el Deportivo en este período tuvo como escenario el campo Fernando Torres de Fuenlabrada; ante el conjunto con menor presupuesto de la competición el equipo coruñés no pudo pasar del 1-1.
Hugo Fraile adelantaba a los madrileños con un disparo lejano que sorprendía a Dani Giménez, mientras que en la segunda parte el costamarfileño Koné materializaba las tablas en una acción de oportunista.
Ilusionado por su capacidad para al menos rescatar un punto en casa de una de las revelaciones de la Liga, la formación gallega retornaba a Riazor para dirimir un pulso con el Elche.
Los de Pacheta lograron llevarse el gato al agua con un contundente 1-3 que propinó otro golpe directo al mentón de un Deportivo demasiado acostumbrado por desgracia a besar la lona.
Gonzalo Verdú abría el marcador a los 13 minutos y a pesar del empate de Mollejo en la primera mitad, los ilicitanos inclinaban la balanza del lado visitante en el segundo lance con dianas de Fidel y Pere Milla. El feudo herculino era un clamor y el ambiente en el municipal de Riazor se hacía por momentos irrespirable.
A mediados de mes el Deportivo rindió visita a otro de los clubes más humildes de la categoría de plata, un Extremadura cuyo objetivo también era eludir los puestos de descenso.
Sin embargo los de Manuel Mosquera tiraron de oficio y sacrificio para tumbar a un Deportivo con una defensa muy vulnerable por 2-0.
Antes de poner punto final al referido mes de noviembre, los blanquiazules recibieron en casa al mejor visitante del torneo liguero, un sorprendente Alcorcón que se mostraba muy sólido lejos de Santo Domingo.
En efecto y pese a la voluntad y ocasiones de las que dispusieron los herculinos, la contienda se selló con un insuficiente 0-0.
La situación en la tabla clasificatoria era dramática, con solo 11 puntos tras la disputa de 17 encuentros, con un balance global de 1 victoria, 8 empates y 8 derrotas.
Luis César afrontaba su segundo mes al frente del timón sin conocer el triunfo; una victoria que se le resistía al colectivo coruñés desde la primera jornada ante el Oviedo (3-2).
En efecto, la escuadra blanquiazul acumulaba 16 fechas seguidas del torneo de la regularidad sin vencer.
Las estadísticas eran demoledoras, con la salvación a cinco puntos y una directiva comandada por Paco Zas que daba síntomas de encontrarse superada por completo; los augurios no eran en absoluto positivos para los gallegos.
