A Luis Moro (A Coruña, 1977) le entró la vena futbolística desde muy pequeño. Era lo que veía en casa con un padre como Luis Rodríguez Vaz, que entrenó a la mayor parte de los equipos gallegos de élite, incluido el Deportivo. Él también jugó, aunque su futuro profesional se encaminó hacia otras facetas. Por un lado, se doctoró en Derecho y es profesor en la Universidad de Jerez. Por otro, encontró la música. Lleva ya dos décadas entregado a ella y a finales de este mes presentará en la sala Mardi Grass su noveno disco: Playa Marte. En él no habla de deporte. Seguramente la música sea de lo poco que supere a una de sus grandes pasiones, el fútbol.
Casi no voy a preguntar cuál era su deporte preferido...
Yo vivía para el fútbol. Cuando yo tenía 10 años mi padre entrenaba al Deportivo y eso a mí me marcó. Jugué en todas sus modalidades, al fútbol sala de portero, al fútbol siete y al grande. Pasé por muchos equipos de la ciudad: un año en el Deportivo y luego en el Orillamar, que fue en el que más estuve, cinco temporadas aunque no seguidas, el Ural y en el Torre. Estuve hasta los 18, el primer año de modestos y cuando empecé la carrera, ya lo dejé. Jugué también a balonmano y voley playa, aunque no en competición.
¿En qué posición jugaba?
Me pasó lo que a todos los tipos que no somos malos, pero que tampoco somos buenos, que es ir desde arriba para abajo. El primer año del Deportivo era delantero y ya cuando el año siguiente estuve en Orillamar fui lateral derecho y los últimos años acabé de central.
¿Su padre le daba muchas indicaciones al llegar a casa?
No, no mucho, me venía a ver cuando podía. El que más venía era mi abuelo Enrique, que venía casi siempre. Cuando él venía a veces sí decía algunas cosas, pero no tengo un recuerdo de que fuese muy exigente conmigo, o que me estuviese encima con las cosas que hacía mal o que hacía bien. Me animaba, porque el fútbol era algo que le gustaba, dejó su profesión por el fútbol, que se convirtió en su segunda profesión, y me animaba, pero no fue muy exigente, qué va.
¿En una semana en la que Nico González fichó con el Manchester City recuerda que quien le dio la alternativa a Fran en el Dépor fue su padre?
Efectivamente. Yo me acuerdo de Fran y José Ramón en el Fabril, porque llevaba unos años yendo a los partidos con mi hermano y con mi abuelo. Es algo que hay que recordar porque a veces oigo por ahí que fue Arsenio él que lo subió y me sale el orgullo de hijo y no me puede quedar callado. Mi padre llegó a darle la oportunidad a ocho o nueve canteranos en una misma temporada, de hecho creo que en el primer partido fueron cinco, y algún día le he oído la confesión de que estaba orgulloso pero que quizás se había pasado un poco.
Me pasó lo que a todos los tipos que no somos malos, pero que tampoco somos buenos, que es ir desde arriba para abajo. El primer año del Deportivo era delantero y ya cuando el año siguiente estuve en Orillamar fui lateral derecho y los últimos años acabé de central.
¿Cómo es su relación con el Dépor?
Fue por fases, porque cuando mi padre estaba en el Dépor, era un fan absoluto, claro, pero cuando lo echaron, hubo cosas que un niño de diez años no llegó a entender. Me lo tomé a la tremenda. Después estuve un poco desconectado, y desde que me fui a vivir a Jerez, o sea, hace unos 12 años, no sé si el hecho de estar fuera, de sentir el Deportivo como una conexión con mi tierra desde lejos… Que me he vuelto a enganchar y ya no me pierdo ningún partido.
¿Cree que volverá a Primera?
Este año lo veo complicado. También creo que ha tenido mala suerte, podría tener cinco o seis puntos más por merecimiento. Eso ya le haría estar a cerca del playoff y a lo mejor hasta subir el estado de ánimo. Ahora lo veo más difícil porque la distancia es larga, pero bueno, si engancha tres o cuatro partidos buenos, descartado no lo veo, hay que ver cómo responden los fichajes, que no los conozco la verdad. Si son buenos y lo aúpan un poquito, puede que sí. Y si es un poco más de lo mismo, pues salvarnos y punto.
¿A qué futbolista vería como estrella del rock?
A Zlatan Ibrahimovic. Tiene esa actitud, esa chulería y planta. Sería en un grupo de rock nórdico. Tampoco es el estilo de música que más me guste, pero lo veo así. Éric Cantona también podría ser otro. Le pegaría más una banda de punk rock por su personalidad.
La canción del Dépor que más me gusta es la de Coego, me encanta, es buenísima, tiene una fuerza, una energía, engancha al seguidor, está bien tocada, suena a dios
¿Y qué músico sería buen deportista?
Veo a Kevin Morby como karateka y a Bruce Springsteen como jugador de pelota vasca.
¿No hay ninguna alusión en sus canciones al fútbol?
Pues no. En este disco la iba a haber. Hablo de muchas cosas, de vivir con poco, de conformarse con pocas cosas, de vivir el aquí y el ahora... Y entre esas pocas cosas y el vivir el ahora pues están las pequeñas rutinas, los amigos, la familia. Hablo mucho de la familia. Y teníamos una versión de una canción que iba a ser como una cumbia y hacía un guiño a mi madre y a mi padre al final diciendo “y recordé a mi padre en el banquillo de un campo de fútbol”. Porque de mi madre decía “recordé a mi madre en el Campo de Marte”. Pero la banda no dio sacado la versión cumbia y le dimos una vuelta a la canción y se fue hacia México... Y eso ya no pegaba.
En DXT Campeón se hizo una encuesta para preguntar por la canción preferida sobre el Dépor. ¿Con cuál se quedaría?
Conozco a Jesús Suárez ya desde que éramos niños y jugamos alguna vez juntos, y ha hecho canciones bastante chulas, del Dépor y otras. Me gustan, pero si tuviera que elegir me quedaría con la de Coego, me encanta, es buenísima, tiene una fuerza, una energía, engancha al seguidor, está bien tocada... Suena a dios.