La sexta derrota de la temporada, que deja al Deportivo en la cuarta posición de la clasificación del Grupo I de Primera Federación, a cuatro puntos del líder, el Alcorcón, y por detrás del Real Madrid Castilla y del Racing de Ferrol, a falta de ocho jornadas para el final del curso, amplía la sombra de la duda sobre el entrenador, Óscar Cano, aun más cuestionado, y cubre a todo el equipo por la incapacidad que mostró en el césped del Reina Sofía, donde cayó víctima de los goles de dos exblanquiazules, Mario Losada y Christian Santos.
- El técnico, señalado por sus decisiones
Ya estuvo en el centro de la diana en la derrota ante la Cultural Leonesa (1-0) y la segunda consecutiva fuera de casa ha vuelto a ponerle en el disparadero. La afición pidió nuevamente la dimisión del entrenador blanquiazul en el partido de Salamanca.
Cano logró meter al equipo en la pelea por el ascenso directo, pero los últimos resultados adversos han alejado a los blanquiazules del deseado primer puesto.
Más allá de sus explicaciones en las ruedas de prensa, que no acaban de calar en el deportivismo, el técnico tampoco convence con las decisiones que toma en el campo.
En Salamanca apostó de nuevo por meter a Diego Villares como lateral derecho, una posición en la que no solo pierde el jugador, sino también el equipo, que le echa de menos en la medular, donde muestra su habilidad para interceptar balones y preparar ataques.
Tampoco se entiende que Álvaro Trilli no asome al once cuando falta Antoñito. Si el canterano no entraba en los planes de Cano ni siquiera como suplente, lo mejor habría sido cederlo. Dejarlo en el equipo para que no juegue ni cuando el titular está de baja, resulta difícil de entender.
- La expulsión de Olabe se veía venir
Olabe ya se había jugado la segunda amarilla antes de la acción que finalmente le llevó al vestuario. Incomprensible que desde el banquillo no se tomara antes la determinación de mandarlo al banquillo para evitar el riesgo de esa expulsión que dejó al Deportivo con un jugador menos con 1-1 en el marcador.
- Otro centro lateral y otro gol por arriba...
Otra vez al Deportivo le costó un disgusto un balón lateral, el que cabeceó en el área, libre de marca, el venezolano Christian Santos.
No son problemas nuevos, ni lo uno, ni lo otro. Los centros desde la banda ya le costaron el ascenso la temporada pasada y no se subsanaron esas deficiencias en la actual.
Si en San Fernando el conjunto gaditano empató en un córner en el descuento (2-2) por un mal marcaje, en esta ocasión se produjo el error con el balón en movimiento por una mala posición de los centrales. Cano justificó que Christian entraba en el área y exculpó a los defensas, pero lo cierto es que el que intentó despejar el balón fue Rubén Díez y los centrales (en ese momento Lapeña y Jaime Sánchez) estaban lejos del delantero de referencia de Unionistas, el único del que debería estar pendiente el equipo herculino en ese momento. La consecuencia fue el 2-1 que deja al equipo tocado.
- Ocasiones, pero poca precisión
El Deportivo se adelantó en uno de sus primeros ataques, pero Unionistas aprovechó un mal despeje de Pablo Martínez en un duelo aéreo para empatar. Con 1-1, en la segunda parte, los blanquiazules generaron ocasiones, incluso con diez, pero no tuvieron precisión.
El 5-0 al Badajoz en Riazor fue la excepción en una trayectoria en la que al Deportivo le ha costado marcar: cuatro goles a favor en los cinco siguientes encuentros. Y fuera de casa sigue fallando.
Una derrota que cuestiona a Cano... y a todo el equipo
