Los fichajes de enero del Deportivo parecían estar desaparecidos. Lo cierto es que la lesión de Blessing Nkor dejó una sensación de frialdad en la afición blanquiazul en lo que al mercado de invierno se refiere. Al menos hasta ahora, pues Elyse Bennett, que fue la última en subirse al barco deportivista, apareció en escena de la manera más estelar posible.
Ante el Sevilla, le ofreció al conjunto dirigido por Fran Alonso una de sus mejores virtudes y con ella, un gol. No una diana cualquiera, sino una que quedará marcada en la historia del Dépor. Si bien es cierto que el resultado del Betis —derrota por 0-9 frente al Barcelona— y del Valencia —empate 1-1 ante el Levante Badalona— abrían las puertas de la salvación al equipo coruñés a pesar de una hipotética derrota, lograr la permanencia así sabe mejor. Así lo reflejó la sonrisa de Fran Alonso en zona mixta. O la celebración de las jugadoras sobre el verde de Riazor.
Tras el tanto de Eva Llamas en el minuto 90, en el feudo blanquiazul nadie bajó los brazos. Seguramente, ese arreón final cuando apenas quedaban fuerzas, se dio por la falta de información que tenían las jugadoras sobre lo que estaba pasando en otros partidos. Así lo quiso el cuerpo técnico y así fue hasta el final del choque.
Todo parecía indicar que el Deportivo se salvaría merced a los tropiezos de Betis y Valencia. Pero Bennett tenía otros planes para el equipo, y también para ella.
Cuestionada por su poca participación, la delantera apareció en el momento oportuno, de la manera precisa. Marina Artero cabeceó un balón en largo de Samara y la estadounidense hizo valer su poderío físico. Primero le ganó en carrera a Diana Gomes, que acusó el cansancio físico tras 90 minutos persiguiendo a Ainhoa y a Millene; después cuerpeó para controlar el esférico y, para rematar la faena, definió al palo largo, imposible para Sullastres.
En cuanto el cuero cruzó la línea de gol, Bennett estalló de alegría y, con ella, sus compañeras y las más de 5.000 almas presentes en Riazor. La liberación que supuso la diana para la estadounidense se vio reflejada en su grito; con su expresión, exteriorizó la sensación de haberse quitado un peso de encima tras unos meses complicados.
Después del pitido final y la posterior celebración, Fran Alonso analizó en zona mixta el partido y la salvación. No era un día para hablar de protagonistas, pero de forma inevitable, el nombre de Bennett salió en la sala de prensa de Riazor y el técnico madrileño no dudó en mostrar su felicidad por la delantera.
Aseguró que el proceso de adaptación no fue sencillo para ella, sobre todo por el idioma y el modelo de juego, muy distinto al que conocía hasta ahora. Sin embargo, explicó que el gol logrado ante el Sevilla, fue una contribución que se quedará grabada en la retina de la futbolista americana para siempre. Y seguramente también en la de todos los deportivistas.