Muy pronto darán comienzo las competiciones locales de fútbol. Un “gigante” adormecido que necesitaría de un tratamiento bien distinto del que recibe desde las instituciones. El mensaje lanzado, la semana pasada, por la delegación coruñesa, transmitía el inmenso reconocimiento que vienen realizando las distintas directivas de clubs, para mantener el volumen organizativo y de calidad existente actualmente.
Cerca de 6.000 participantes con sus licencias paralelas a las del fútbol femenino, gaélico, veteranos y modestos, genera un entramado muy difícil de focalizar dentro de las instalaciones programadas. Un embudo, que siguiendo el paso del tiempo, no es asumido por la clase política correspondiente. Los organizadores, con su mejor intención en hacerle frente, se ven desbordados ante la magnitud con la que se enfrentan. Merecen una mejor respuesta política. Parece que no entienden que esto es otro mundo. Aquí hay gente que se entrega, sacando tiempo de su vida particular, altruistamente en beneficio del colectivo. Queda mucho por hacer. Dejando al margen todo lo anteriormente expuesto, la mayor satisfacción, para todos, es que muy pronto nuestros hijos podrán seguir practicando el deporte que les guste, en este caso el fútbol.
Cambio de tercio y pudieran decir ustedes: ¡”Que pesado este con el tema Tebas”!. Lamento que ello fuese así, pero reconozco que lo tengo debajo de un diente y se me revuelven las neuronas.
Salieron a la luz los balances económicos de Laliga y sus números señalan unas pérdidas de 733 millones de euros. Pero el ‘Superman’ de la organización futbolística profesional se sigue “riendo” de todas esas cifras. Él solito se embolsó 3,49 millones, uno más que en el ejercicio anterior, pues recibió un ‘bonus’ especial por el esfuerzo realizado, entiendo yo, por el tema de la pandemia. Con esas cantidades me sonrojo de las críticas que reciben los futbolistas por ser los protagonistas de la “fiesta”. Pero si sus amigos, menos Florentino y alguno más, se lo consienten, por algo será.
Finalizo con casa Depor. Otra alegría con uno cero en Riazor y líderes. Lo decía la semana pasada, es lo que hay y que dure hasta el final. El entrenador pone un notable al equipo y por lo tanto entiendo, que está sumamente contento con lo que se le ofrece. Particularmente me preocupa la falta de contundencia a la hora de marcar distancias, por lo que yo le pondría al equipo un “bien”, ya que para quedar de primeros, en un momento determinado, habrá que dar un salto de calidad en cuanto a juego y goles. Mientras esperemos con tranquilidad para no tener que usar el Trankimazin.
PD.: Hoy Riazor vibrará con una nueva oferta deportivista en la Youth League. Que los dioses sean propicios.
Como siempre un placer.