Hoy tenemos el partido con más historia de la temporada, el que tiene más glamour, el que reúne a los dos equipos que más temporadas han estado en Primera y los dos que tienen los estadios más grandes de la categoría. Hace poco, cuando jugamos frente al Real Unión de Irún, decíamos que era el encuentro entre los dos equipos con más títulos de la categoría. Y era verdad. Lo que pasa es que, si bien nuestros títulos ya empiezan a tener años, los del Real Unión eran unas copas del rey… Alfonso XIII. Vaya, que si algunos clubes están celebrando sus centenarios, los del Real Unión pronto celebrarán los centenarios de sus copas.
Pero vayamos al Racing, que es nuestro rival de hoy. Contra ellos hemos disputado infinidad de partidos, tanto en Primera como en Segunda. Hoy nos estrenamos en un enfrentamiento en la tercera categoría. Los dos en horas bajas. Muy bajas. Pero con ganas de salir cuanto antes de ahí y volver a las divisiones que nos corresponden. Seguramente, tanto en Coruña como en Santander, pensamos que nuestro lugar es la Primera División, pero claro, eso hay que demostrarlo en el campo y estas últimas temporadas ninguno de los dos lo hemos hecho.
Y dentro de los Racing – Deportivo el más recordado para mí fue, obviamente, el único en el que estuve presente en la grada. Fue en mayo de 2000. La penúltima jornada del año que ganamos la Liga. El día en que 7000 coruñeses estuvieron en las gradas y donde más de uno soñábamos con regresar a Coruña siendo ya matemáticamente campeones. En mi caso fui en un autobús de la Federación de Peñas. No tenía pensado ir, pero pasé por el bar donde se reservaba el viaje, entré, pregunté, me convenció el precio y allá que me apunté. Salimos la madrugada del viernes al sábado desde el Obelisco, llegamos a la bella localidad de Suances por la mañana, descansamos un poco, pasamos la tarde en Santander donde sólo se veían bufandas blanquiazules y nos fuimos temprano a dormir, que el día siguiente prometía ser muy emocionante.
Al final el partido no fue muy vistoso. Yo no lo sabía, pero ese día el Racing se jugaba seguir en Primera. No lo tenía muy complicado. Incluso perdiendo tenía posibilidades en la última jornada, pero tampoco convenía arriesgarse. No tenía mal equipo el Racing. En su plantilla estaba el pichichi Salva y, para no perder la costumbre, los dos equipos tenían futbolistas que había jugado en el otro o que jugarían más adelante. En el Racing estaba Manjarín y también estaban Munitis y Amavisca, que llegarían al Depor unos años después. Y nosotros teníamos a Schurrer, que llegó el año anterior y a Víctor. También había jugado en el Racing Jaime. Y unos años más tarde jugarían en El Sardinero Scaloni, Ramis y otra vez Jaime. Por su parte, el Deportivo si ganaba se proclamaba campeón. Y así lo gritamos muchos en el último tramo del partido. Pero no hubo manera. Casi no hubo ocasiones y nos fuimos con el 0-0 y con la seguridad de que un empate en Riazor a la semana siguiente nos daría el título. Algunos nos quedamos pensando en el recuerdo de 1983 del partido ante el Rayo en el que también nos valía el empate. Pero bueno, que esa angustia solo duró lo que tardó Donato en marcare al Español.
Hoy el partido no será para dilucidar ningún título ni será un partido de Primera División. Eso sí, si cuando ganamos la liga fueron 7000 los deportivistas que estuvieron en Santander, hoy creo que superarán los 2000 para ver un partido de Segunda B donde sólo se juegan tres puntos
Y es que si hay algo que sigue siendo de primera es nuestra afición.