No piensen que tengo nada contra él, ni que le estoy buscando las cosquillas, simplemente que me sorprenden sus puntuales declaraciones. La pasada semana, Borja Jiménez trasladaba, ante los micrófonos, que se ganara o se perdiera el correspondiente partido, su discurso sería el mismo, que no influía su transmisión hacia el exterior.
Quiero tomármelo como una frase recurrente para aflojar presión cuando las cuestiones andan medio enrevesadas. Porque de no ser así, me preocuparía mucho el quehacer diario del entrenador blanquiazul. En el mundo del deporte ser insensible al discurrir de los acontecimientos suele entrañar serios problemas. Es claro que cada uno tiene su forma de afrontar la vida, pero, los que me suelen leer lo saben, entiendo la pasión como pieza clave en cualquier forma de interactuar hacia los demás. Una recomendación: Tanta frialdad no es buena, ser pasional engrandece el trabajo y a las personas.
Punto y seguido. Según se nos traslada por diversas vías, nos encontramos en el proceso de asentamiento del equipo a la categoría. Se ‘vende’ que las estructuras están bien canalizadas y que cuando se coja la velocidad de crucero, todo se verá de otra forma. No hay cosa que más desee, pero viendo el segundo tiempo del partido ante el Sanse, sólo me queda rezar para que los deseos se hagan realidad.
Buena referencia este próximo fin de semana en el Sardinero. Si el crucero atracase con firmeza y demuestra toda su capacidad, sería una gran ocasión para mostrar todo el poderío que se necesita, para estar donde se tiene que estar.
Cambio de tercio. Sinceramente no conozco las cifras económicas que mantienen los distintos comités de competición que rodean las ligas profesionales de fútbol de este país.
Pero viendo como circula el entramado, creo que nos podíamos ahorrar una pasta eliminando los ‘intermediarios’. Todo directamente al Consejo Superior de Deportes. Además, visto lo visto, hacen una llamadita al Sr. Tebas y asunto resuelto. ¿Qué es lo más productivo para los intereses de Laliga?. Pues a dictaminar sentencia. El ejemplo lo tuvimos con los últimos aplazamientos de partidos de fútbol con motivo de las competiciones americanas. Competición y apelación dijeron que no y llego la máxima autoridad política y dice que sí. Todo suena a politiqueo barato.
La última del patriarca: “Algo estamos haciendo mal, ya que la mayoría de los beneficios van a un elenco de 150 jugadores”. Ahora pone en tela de juicio el sueldo de los jugadores que llenan los estadios y que él tanto promulgó en su momento: “Perder a Cristiano y a Messi devalúa nuestra competición”. ¿Y su sueldo estratosférico?, ¿Ese no afecta a las finanzas de la organización?. Hace falta tener ‘jeta’.
Finalizo. A ver si con el fin del estado de excepción o como se le denomine, llega la normalidad a los campos de fútbol de las categorías inferiores. A estas alturas ya nadie sabe lo que tiene que hacer con los protocolos. Los directivos son auténticos héroes organizativos.
Como siempre un placer.