Tenía razón Pacheta, el entrenador del Valladolid, cuando hace unos días reclamaba que se estableciese una fecha tope para los fichajes en el mismo momento en que empiezan las competiciones porque la situación que se provoca es inquietante, sobre todo para entrenadores y jugadores. A los directivos, tipo presidente del Lugo, les da igual porque parece que ellos hacen lo que les da la gana y sufren lo justo.
Al final, el día 31 de agosto finalizó el plazo para fichajes, con muchas novedades que estaban preparadas para los últimos minutos. Desde luego, de todos ellos, me llamó poderosamente la atención el fichaje del colombiano Radamel Falcao por el Rayo Vallecano. Y no es la primera vez que los franjirrojos tienen una figura de primera línea en sus filas: recuérdese al mexicano Hugo Sánchez (que recaló allí después de haber pasado por el Real Madrid, entre otros) o, anteriormente, el uruguayo Fernando Morena (jugador del Peñarol de Montevideo y Valencia). Ambos fueron en sus tiempos grandes goleadores del fútbol mundial y no fracasaron, ni mucho menos, a su paso por Vallecas.
Este periodo de fichajes ha venido a confirmar qué competición europea es la más importante, y no es otra que la Premier League. Los precios que han pagado sus clubes por determinados jugadores son inigualables (como ejemplo, los 120 millones del Manchester City por Grealish y los 115 del Chelsea por Lukaku). El que más ha gastado ha sido el Arsenal, con 165 millones, pero fichando sin mucho sentido un año más.
La Premier League ha gastado en total 1.330 millones de euros, casi igual que el año pasado. A continuación, los clubes italianos desembolsaron 551 millones mientras que los de la Bundesliga ficharon por importe de 416. Incluso Francia está por encima de la liga española, como prueba de la caída en picado de la competición de nuestro país, que ha bajado un escalón (o dos), de la mano de esos dirigentes que se pierden en gestos para llamar la atención únicamente. Las últimas salidas de Cristiano Ronaldo y de Messi, y la no incorporación del francés Mbappé, han hecho dar un llamativo paso atrás al fútbol español y, en correspondencia, a su cotización mundial.
Por último, un dato para analizar: según un informe de la FIFA, los clubes del mundo se han gastado la última década en fichajes alrededor de 48.500 millones de euros, de los cuales los intermediarios se han llevado cerca de cuatro mil (casi el diez por ciento, todo cuadra).
