Arranque incierto
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Arranque incierto


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Reconozco que uno de los más duros impactos futbolísticos del verano (y de muchos veranos) ha sido ver cómo la Ponferradina recogía el Trofeo Teresa Herrera. Sin duda, lo mostrará orgullosa en sus vitrinas porque esa Torre de Hércules la han conseguido los mejores equipos del mundo. Y, por supuesto, los más potentes de España (Real Madrid y Barcelona), sin ir más lejos.


Pero tal ‘shock’ debió de ser porque ahora ya no sigo, lamentablemente, la trayectoria del Deportivo actual, carente desde luego de todo atractivo. Cuentan los que ven sus partidos que ha habido de todo en la pretemporada –victorias y derrotas–, pero lo que importa es lo que viene a continuación.


¿Y qué viene? Hablo por referencias porque la actualidad diaria del equipo blanquiazul me supera, pero parece ser que la entidad comienza con cerca de ocho mil socios menos que el año anterior, cosa que llama la atención aunque no deje de tener su lógica. Se habla también de que habrá catorce mil espectadores en Riazor, un hándicap superable porque se olvida que hubo temporadas –unas cuantas– en las que se decía con desprecio: “Al fútbol van los ocho mil de siempre”, cuando los socios apenas llegaban a los seis mil y cuando las gradas no mostraban su mejor apariencia aunque sí su fidelidad.


Pero, bueno, ahora importa el presente –que es aún peor que en las fechas a que aludíamos anteriormente– y lo cierto es que se espera que el domingo el equipo ofrezca ya una orientación verdadera sobre lo que se puede esperar de él, algo que nadie sabe con certeza en este momento.


Es verdad que el camino a recorrer es muy complicado y habrá que superar obstáculo tras obstáculo. 


Pero el objetivo del Deportivo no puede ser otro que intentar el ascenso, y conseguirlo. De lo contrario, el castigo para todos sería doloroso y ciertas amenazas podrían aparecer en lontananza. No se olvide que el dueño actual del club es una entidad bancaria y como tal va actuar siempre (o sea, sin sentimientos). No se debió de dar cuenta de ello el antiguo presidente Lendoiro cuando se mostró sorprendido por las medidas económicas tomadas con algunos de sus colaboradores, sin importar las circunstancias personales o profesionales, como cualquier otra empresa no de fútbol.


Ya se sabe, los bancos sólo miran por nuestro bien, o eso dicen en los anuncios…

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