Partiendo de la base que mientras no se haga daño a terceros, cada uno en su casa puede hacer lo que estime oportuno, me introduzco en el mundo de la información deportiva. No lo suelo ver, pero por circunstancias familiares, estuve el pasado domingo, ‘digiriendo’ la programación de un canal estatal dedicado al mundo del deporte, fundamentalmente al fútbol, como ratifica su denominación.
Coincidía con el desarrollo del partido Levante-Real Madrid. La puesta en escena en pantalla era bien simple. Imagen prácticamente fija, con un presentador, acompañado de un locutor que narraba puntualmente el desarrollo del encuentro y de tres o cuatro comentaristas que, puntualmente, afloraban con sus ‘curiosas’ opiniones. En un lateral de la imagen el resultado, así como de algún otro partido que se jugaba paralelamente.
Entendía que el canal en cuestión iba dirigido al amplio espectro futbolístico nacional, hacia los seguidores del abanico de equipos que componen la Liga de Fútbol Profesional (LFP). Pero en el discurrir del seguimiento, iba en aumento mi capacidad de sorpresa e indignación profesional.
Todos los comentarios, de unos y de otros, mostraban un nivel de ‘forofísmo’ subido de tono hacia un mismo equipo, realmente sorprendente. Puedo hasta entender que gran parte de la audiencia que tiene el canal sea seguidora del Real Madrid y se trate de dar un poco de ‘vaselina’, pero actuar de forma tan descarada, la verdad es que lo considero de mal gusto y falta de ética. Frases como: “Aún hay tiempo para remontar”, “Se quedan con uno menos y hay que aprovecharlo”, “Una pena que no se saque este partido adelante, teniendo en cuenta el pinchazo del Barcelona”... En fin, una pena.
Por desgracia, estos son los derroteros por donde nos desenvolvemos a nivel colectivo. Por supuesto que están las ‘nobles’ excepciones. Pero cuando la propia Liga prohíbe la libertad de expresión a las cadenas que contratan los derechos de imagen y retransmisión, negándoles cualquier versión que ellos entiendan puedan dañar la imagen de sus intereses, pues ya me contarán hasta dónde se pueden llegar. La conclusión que saco, es que cuando me pongo delante del televisor, sólo me contarán lo que quiere que oiga el sr. Javier Tebas y su grupo. Qué malita está la profesión.
Cambio de dirección. Leía en el día de ayer la entrevista que se le realizaba en estas mismas páginas, al presidente de la Federación de Peñas del Deportivo, Luis Fernández. Rescato una puntualización que realizaba sobre los horarios en los que se van a celebrar los partidos del equipo blanquiazul. Reseñaba que la Federación Española había realizado una gran cruzada contra la Liga por el perjuicio que ocasionaba al fútbol modesto y sus aficionados, la celebración de partidos los viernes y lunes. Pasado el tiempo y como el señor Rubiales tiene que convertir su Liga de Primera División en algo vendible a los canales temáticos para que suelten la pasta, donde dije digo, digo Diego y coloca los partidos en viernes. Toda una loa a los principios de un buen gestor. Mínimas diferencias separan a los unos de los otros.