El Deportivo comenzó 2017 empatando en casa ante el Espanyol y cayendo apeado de los cuartos de final de la Copa del Rey ante un Alavés que jugará la final ante el Barcelona, después de ser también verdugo del Celta.
El equipo, que no ganaba desde el 18 de diciembre cuando se impuso a Osasuna, llegaba a Butarque con Gaizka Garitano en el punto de mira. Los blanquiazules salieron goleados y el técnico vasco fue cesado. Llegó en su lugar Pepe Mel, preparado para encargarse de la 'salud mental' de sus futbolistas.
PUNTO DE INFLEXIÓN
Sin casi tiempo, pues el técnico llegó en plena vorágine de partidos entre semana, los blanquiazules cambiaron la dinámica. Dos empates (ante Atlético, con susto incluido con la lesión de Torres, y Betis, en el partido aplazado por el estado de las cubiertas de Riazor); y dos victorias. El primer triunfo a domicilio, ante un rival directo como el Sporting, y el logrado frente el Barcelona, con Álex Bergantiños marcando de nuevo al conjunto culé.
De nuevo ante el Celta y tras perder, con gol de un Aspas que se estrenaba en el derbi, llegó la cuesta abajo. Empate, tras fallar un penalti ante el Granada, goleada frente los `suplentes' del Real Madrid y tablas con fortuna en el Sadar. El empate la pasada jornada ante el Villarreal unido al cosechado por el Leganés en San Mamés selló la salvación, otra vez sobre la bocina.