El técnico del Deportivo ha analizado ante la prensa la previa del partido del domingo ante el Espanyol y la situación que atraviesa el equipo en este momento. Las bajas no acompañan en un momento tan importante en donde solo vale ganar para estar tranquilos de una vez por todas.
Mel sabe que el objetivo está cerca pero también ve que los rivales pueden meter al conjunto blanquiazul en apuros durante estas últimas jornadas de campeonato. Dice que "seguramente nadie fuera de Coruña ve que el Depor vaya a pasar grandes apuros, pero cuando no se cierran los objetivos siempre hay ese margen que nos hace a todos estar intranquilos". La lástima ha sido no finiquitar la salvación tiempo atrás pero "todavía quedan nueve puntos y no es dramatismo ninguno, pero como en el deporte profesional, hasta que no tienes las cosas seguras, hay un pequeño temor, aunque afrontamos estos partidos con el optimismo que demanda la situación", sostiene.
La afición deportivista sigue apoyando como la que más, aunque empieza a sentirse frustrada con los últimos resultados. Para el preparador es comprensible ver "cómo está la gente. Es importante este partido para dejarlo todo listo y poder cambiar el estado de ánimo de todo un club", enfatiza.
Porque además todos sienten, y en boca del entrenador, están en deuda con la afición, del primero al último. La gente "esperaba más y por desgracia, no se lo hemos podido dar. Lo importante en el fútbol es acabar con buenas sensaciones, es un examen para todos. Quiero acabar el partido con la sensación de hacer las cosas bien", concluye.