El RC Deportivo ha decidido poner fin a una relación profesional con Richard Barral de algo más de tres años, toda vez que el director deportivo blanquiazul no ha conseguido propiciar el aguardado salto de calidad del club en Primera División.
Desde su llegada en junio de 2014 y su posterior paso a la Secretaría Tecnica, la escuadra blanquiazul no ha sido capaz de asentarse en la zona media de la clasificación y se ha visto con el agua al cuello año tras año para certificar su permanencia en la élite.
Denostado por un nutrido sector de la afición deportivista, Barral ha tenido que lidiar con críticas feroces hacia su gestión.
Entre sus mayores errores sobresale la inestabilidad en la portería coruñesa; no en vano, en la presente campaña hasta cuatro arqueros han defendido el marco coruñes: Rubén Martínez, Tyton, Pantilimon y el canterano Francis.
Sin duda el que ha recibido más ‘palos’ ha sido el internacional rumano Costel Pantilimon, que llegó a horas del cierre del mercado debido a una lesión sufrida por el meta de Coristanco Rubén.
La actual no ha sido la primera temporada en la que la demarcación de portero ha traído de cabeza al club, ya que en la 15-16, tras las lesiones de Fabricio y Lux fueron contratados Manu y Pletikosa, que no convencieron en absoluto por su rendimiento en un fin de curso no apto para cardíacos, con la salvación en entredicho hasta la penúltima jornada de Liga.
Siempre condicionado por un presupuesto limitado para hacer fichajes, el Deportivo ni de lejos acertó en la adquisición de jugadores que defraudaron por completo como Medunjanin, Fariña, Cuenca, Postiga o Tyton.
Además, tomó decisiones comprometidas como la no renovación de Germán Lux o la compra de Guilherme por algo más de cuatro millones de euros.
Aciertos reseñables
En el capítulo de puntos a favor, el ya exsecretario técnico blanquiazul ha dado en la diana con jugadores que sí han ofrecido un nivel más que notable, como es el caso de los delanteros Florin Andone, Ryan Babel o el regreso a la entidad coruñesa de Lucas Pérez.
En cualquier caso, ha pesado más el debe que el haber y el presidente Tino Fernández y su Consejo de Administración han apostado por un cambio radical.
A lo largo de todo este mes de enero, la entidad de la Plaza de Pontevedra debe acometer refuerzos para garantizar que el equipo coruñés abandone cuanto antes los puestos de descenso que ocupa en la actualidad.