Después de fallar la bala de la semana anterior, en el que el Barça superó a otro de los de arriba, el Caldes, el Liceo estuvo pendiente ayer de la visita del equipo azulgrana al Reus. Finalmente, los de Edu Castro no pudieron completar una vuelta entera con pleno de triunfos, después de empatar con los rojinegros (1-1). No cedían puntos desde que, precisamente hicieron tablas con los tarraconenses en el Palau en la primera vuelta (3-3).
Con todo, el Barcelona suma 65 puntos, por 58 del Liceo. Si los verdiblancos ganan los dos partidos que tienen pendientes (frente a Palafrugell y Vendrell) podrían colocarse a solo uno del liderato.
De todas formas, el equipo verdiblanco va a seguir intentando sumar todos los puntos que pueda, empezando por los que hay en juego el próximo viernes en Riazor frente al Noia. Pero al menos los coruñeses ya saben que el Barcelona ha vuelto a ceder, tras catorce victorias consecutivas.
El encuentro de ayer fue como se esperaba. Igualado e intenso. El Reus lo afrontaba con la importante baja de Raúl Marín, que va a ser operado del hombro derecho y se pierde lo que resta de temporada. Pero los rojinegros, apoyados por su público, plantaron cara al Barcelona, que puede estar satisfecho por el punto conseguido.
Y es que el Reus falló hasta cuatro faltas directas. Y los visitantes dos. Además, el coruñés del Barça Ignacio Alabart recibió una tarjeta azul. Pero los de Jordi García no aprovecharon ni la falta directa ni la superioridad numérica.
En fin, al Liceo se le abre una puerta pero todavía necesita que el Barcelona vuelva a tropezar (un empate sería suficiente) para que los de Juan Copa vuelvan a depender de sí mismos. Quedan seis jornadas (ocho a los verdiblancos) y la lucha por el título está ahora un poco más abierta.