“Ganar y ganar y ganar y volver a ganar”, que decía Luis Aragonés. El mantra del Sabio se puede aplicar también al Deportivo Liceo en la lucha por el título de OK Liga. Desde que cayó contra el Barça en el Palacio suma cuatro victorias consecutivas. Necesita ocho más, las siete jornadas que faltan para terminar la temporada y el aplazado en Palafrugell –pendiente de fecha–, y esperar dos tropiezos del Barça.
Minutos antes de saltar a la pista de Vic el pasado domingo (1-4), el técnico coruñés Juan Copa insistía en su discurso. “Desde la última derrota sabemos que sólo nos quedan finales. Es complicado, pero mientras haya vida tenemos que creer y sumar de tres en tres. La semana que viene hay un Reus-Barça en el que pueden pasar cosas”, avisó.
Se agarra el Liceo a las opciones matemáticas y a la difícil visita que tienen los azulgrana el domingo. Precisamente en la primera vuelta ya se dejaron dos puntos contra Reus en el Palau (3-3). Fue su último tropiezo antes de encadenar catorce victorias, una racha incuestionable.
Cuarto clasificado, el cuadro rojinegro juega el jueves en la pista del Taradell el último partido de la jornada 23 tras salir de un periodo de cuarentena por varios casos de covid-19, una situación que le dejará con sólo dos días de descanso para preparar el clásico catalán.
Seis puntos por debajo del Barça está el Liceo, con un partido menos y un nuevo desplazamiento en el horizonte: sábado a las 20 horas en El Vendrell para medirse al decimosegundo clasificado. El equipo verde tiene que sumar los tres puntos si quiere mantener la presión sobre el líder. De nada vale mirar hacia Reus si no gana primero.
Lo saben Copa y los jugadores, que ayer volvieron al trabajo con doble sesión (gimnasio en turno matinal y pista por la tarde). Hoy tendrán un día de descanso antes de rematar la preparación para El Vendrell con dos entrenos más, mañana y el viernes en el Palacio.