E staba yo el pasado jueves viendo el resumen del partido del Granada en la Europa League y no pude por menos que recordar tiempos no tan lejanas épocas -aunque ya empiezan a pasar los años- en los que era nuestro RC Deportivo el que competía en Europa. Ahora los tiempos son otros bastante diferentes, aunque es significativo que este Granada que está sorprendiendo a todo el mundo hace tan solo dos temporadas compartía categoría y objetivos de ascenso con nuestro Deportivo. Lo que pasa es que ellos mantuvieron la regularidad todo el año y nosotros ya sabemos cómo nos fue. Y ya para más inri, en los dos enfrentamientos directos ganamos en ambos desplegando un gran juego. Pero ellos subieron y nosotros no…
El Granada CF bajó a Segunda por última vez en la temporada 2016-2017 tras una desastrosa temporada producto de una pésima planificación. Paco Jémez fue cesado a los seis partidos, Lucas Alcaraz llegó hasta la jornada 31 y un tal Tony Adams lo entrenó los últimos siete partidos con el humillante récord de perderlos todos. El Granada perdió 12 de los 13 últimos partidos y sólo logró empatar uno: ante el Deportivo (vaya por Dios). Llegaron a jugar más de 35 jugadores ese año y en el mercado de invierno trajeron una infinidad de extranjeros que no resolvieron nada. Ah! Y entre aquella plantilla había hombres como Uche Agbo, Isaac Cuenca, Héctor Hernández. ¿Les suenan?
Pues bien, ese Granada no consiguió ascender al año siguiente ni con el famoso seguro de descenso ni recurriendo otra vez a hasta tres entrenadores. Sí lo hizo al año siguiente a pesar de tener un equipo más barato. Y ahora, dos años después y con algunos jugadores del año del ascenso aún en sus filas y refuerzos de calidad como Milla, con un Soldado que ya tiene 35 años o como nuestro viejo conocido Domingos Duarte vuelve a ir sobrado en Liga, ha eliminado al Napolés en Europa y casi se carga al Barça en Copa. ¿El secreto? La estabilidad, sin duda. Empezando por el banquillo. Diego Martínez es ese hombre que ha dado esa tranquilidad.
Nuestro querido Deportivo lleva ya demasiados años comportándose como aquel Granada de la 2016-2017. Montones de entrenadores cada año, futbolistas tipo Pantilimon, Vitor Silva, Muntari (que parecía más un ex jugador), Abdoulaye Ba, Beto da Silva y muchos más que vienen por media temporada y que no demuestran nada. Y si hablamos del aspecto directivo pues ya apaga y vámonos. El sustantivo estabilidad hace tiempo que no se utiliza en el Depor.
El nuevo presidente ya se ha presentado ante la prensa. Ha hablado de un proyecto de futuro basado en la cantera. Hasta ahí todo bien. A ninguno de nosotros nos gustaría más tener un equipo donde una buena parte de ellos sean futbolistas criados aquí. Claro que nos gustaría. Ojalá Insua y Rober Pier, por poner un par de ejemplos, hubiesen crecido aquí y luego si llega una oferta mareante pues se les deja ir, por supuesto. Pero hasta ahora eso no ha sucedido. Ojalá volvamos a tener esa estabilidad. El Granada lo consiguió y en dos años ellos están viviendo un sueño y el Deportivo está donde está.
Y nada, que hoy jugamos donde bien saben y contra el filial del que ustedes bien saben. Una humillación para un deportivista. Esperemos que al menos el equipo arregle el destrozo que nos hicieron en Riazor.
¿Volveremos algún día a jugar en Europa como lo está haciendo ahora el Granada? Un sueño, sin duda.