El mercado de fichajes tiene su propia velocidad, marcada por los movimientos de los equipos más grandes, que dejan dinero en los que van por detrás, y así sucesivamente, como fichas de dominó cayendo una detrás de otra, pero siempre con la jerarquía del dinero por delante.
La realidad que atraviesa el club a nivel económico hace que por el momento tenga que conformarse con las primeras cesiones, como la de Fede Valverde, un joven y prometedor futbolista en el que están depositadas muchas esperanzas tanto por parte del Real Madrid, su dueño, como del propio Deportivo.
El aficionado no pide rapidez a la hora de fichar pero sí acertar más porque es la forma de crecer aunque sea con cuentagotas
Además, Ríchar Barral y su equipo se afanan en que ningún otro club se entere de los movimientos coruñeses. Los rivales no solo se enfrentan en el campo, sino en los despachos, para conseguir los mejores jugadores y, de paso, dejar a su enemigo deportivo sin sus primeras y mejores opciones.
No se puede exigir más o menos rapidez de movimientos a la dirección deportiva por las circunstancias que todos conocemos. Lo que sí pide el aficionado es acertar más con las incorporaciones. Es la manera de dar saltos de calidad, aunque sean pequeños, de crecer, aunque sea un poco o con cuentagotas. De no pensar solo en subsistir.