Recuerdo el momento cuando Lopetegui facilitaba la lista de convocados para enfrentarse a Italia y Liechtenstein en el camino a seguir para estar en el Mundial de Rusia de 2018. Aquella paradinha final presagiaba la gran bomba de la convocatoria: David Villa era el protagonista. El asturiano, a sus 35 años, vuelve a la selección cuando ya todos lo considerábamos marchito para estos menesteres de descomunal responsabilidad.
Mi sorpresa fue mayúscula. La misma que la de muchísimos españoles que no daban crédito a esta decisión del seleccionador después de que hace tres años (junio de 2014) el asturiano decía adiós a la selección española con la música celestial de sus 59 goles y sumamente cabreado a causa de un desdén protagonizado por Del Bosque al sustituirlo. No fue el final que él había elegido pero aquí está de nuevo. Era el día en el que entendía debía de dar un paso adelante y pensar en otros objetivos. Y se fue a hacer las américas, a jugar en otro fútbol con simbologías diferentes y con la idea de divertirse marcando goles en la MLS defendiendo los colores del New York City.
Ahora vive otro sueño que tratará de exprimir al máximo con un retorno inesperado que nos retrotrae a los mejores tiempos de una selección que pretende seguir demostrando su grandeza.
Indiscutiblemente se impone un triunfo ante la poderosa Italia de Giampiero Ventura si queremos estar en Rusia donde Putin es la estrella de ese país en un enfrentamiento que fácilmente podría ser la final de un Europeo o un Mundial.
Parece que el Guaje será titular como falso 9 en detrimento de un Morata al que todo parece torcérsele. Es como cambiar del ámbar al rojo más eléctrico. Dicen de él que ha italianizado su fútbol y eso deterioró su imagen. Que siempre juega de espaldas. Nunca de frente. Y es que ni el Madrid ni la selección juegan como lo hacía en la Juve. Las consecuencias están ahí. Tuvo que hacer las maletas y buscar nuevas ilusiones en el Chelsea.
La clave española debe estar en el centro del campo donde se sigue intentando superar las ausencias ya definitivas de Xabi Alonso y Xavi Hernández y su famoso tiki-taka, del que España parece se ha olvidado ya, pero dejando el poso de un selección de cuento de hadas con la consecución del Europeo del 2008 ante Alemania, el Mundial de Sudáfrica frente a Holanda en 2010 y otro Europeo en 2012 goleando a Italia 4-0 nuestros rivales de hoy en el Bernabéu, donde Piqué y Marco Asensio pueden ser los grandes protagonistas de la noche aunque por motivos muy diferentes.