El presidente de LaLiga Javier Tebas el pasado mes de noviembre, al ser preguntado por el caso Fuenlabrada, había asegurado que la ‘burbuja del fútbol impedía que haya contagios dentro y fuera”.
Menos de dos meses después, un brote de coronavirus en el Sporting de Gijón está adquiriendo tintes preocupantes, que trascienden más allá del fútbol, pues el club confirmó 10 empleados contagiados, entre jugadores y staff técnico. Pero hay, además, más de 100 personas detectadas como contagios cercanos que podrían estar afectadas. 130 en total aisladas en estas fiestas navideñas en una comunidad autónoma que vivió meses complicados y que estaba empezando a asomar la cabeza.
¿El motivo del brote? Las celebraciones y reencuentros por las fiestas, inaudito teniendo en cuenta la burbuja anti contagios que según Tebas impera en el fútbol y en LaLiga que preside. Un hecho que permite que el Betis, asfixiado de positivos, tenga solo 9 jugadores disponibles y juegue solo con canteranos. ¿No les suena de un caso así la temporada pasada? Nunca vimos tanta insistencia en competir en un equipo que, con lo justo, se estaba jugando el ascenso a Primera. Inaudito.
La mayoría de los contagiados, hombres y mujeres jóvenes, de los entornos de los jugadores, que al ausentarse de sus respectivos trabajos hicieron saltar todas las alarmas. Y para echarle más leña al fuego, María José Villanueva, la coordinadora de programas Covid de la Consejería de Salud de Asturias, reconocía que estabas estudiando la posible conexión de este brote con la cepa británica. Se desconoce la identidad de los contagiados y el Sporting tendría que jugar hoy ante el Lugo en el Anxo Carro. Según el protocolo de LaLiga al escribir estas líneas el encuentro no peligraba, ya que los equipos solo necesitan contar con cinco jugadores de campo del primer equipo y 13 en total, sumando a los del filial. No obstante, aunque los asturianos cumplen ahora los requisitos, si aparecieran tres casos más en las PCR a las que se tuvo que someter ayer el plantel el duelo quedaría suspendido.
Asimismo, Laliga y el club investigan si hubo incumplimiento del protocolo sanitario (se habla de una fiesta posterior al duelo ante el Leganés) lo que acarrearía una dura sanción. Una mano de hierro que en el verano fue dócil caricia para el Fuenlabrada. Veremos en qué queda todo pero lo que está claro es que la burbuja del fútbol de la que hablaba y fanfarroneaba Tebas es puro paripé.