La liga ACB, desde hace ya un largo periodo de tiempo, viene lastrando una enorme losa propiciada por una inmensa soberbia, que está obligándole a caer a niveles competitivos y económicos altamente preocupantes.
Se quiso romper con los moldes establecidos, aquellos por los cuales el deporte de la canasta se había plantado a niveles óptimos de seguimiento ciudadano. El mundo del fútbol llego a sentir presión, incluso comenzó a utilizar determinadas artes, intrínsecas del baloncesto (estadísticas, play-off...), para mejorar en competitividad e imagen. Se buscaron nuevas alternativas, se quiso ser más grande. Crear, en un espacio corto de tiempo, una organización modélica a imagen y semejanza de la NBA. Pero ya se sabe que cada uno tiene su recorrido y los pasos mal dados tienen consecuencias. El afán meteórico de llegar arriba, dejó por el camino a la mejor esencia, una enorme estructura muy bien posicionada. Directivos expertos, clubs emblemáticos, filosofías; fueron transformadas en mercantilismo puro y duro. Se les fue de las manos con aquel famoso contrato de Canal+, que iba a elevar la economía de los participantes a lugares insospechados. Los clubs asociados decidieron entrar en guerra con el Ente Federativo. Un graso error. Cada uno bebe en la fuente del otro y comenzaron unas desavenencias que afectaron a toda la estructura baloncestística española. ¿Y cómo estamos ahora?... Pues muy jorobados. Una organización y competición muy frágiles. De nuevo en la cueva de las televisiones. No se aprendió de otras épocas. La imagen clasificatoria impar es fiel reflejo de la situación. Entidades históricas que han tenido que arrojar la toalla, otros recurriendo a los juzgados como tabla de salvación. Casi todo cogido con pinzas. Los rumores no apuntan nada bueno.
El Consejo Superior de Deportes señala que "el principal problema de la competición es que los equipos sigan generando pérdidas importantes", "se sigue constatando que la contención de gasto (18%), no se compensa con un sostenimiento de los ingresos, donde se redujo en un 43%.
Lo positivo, es el mantenimiento de la cuota de los fieles aficionados, que siguen generando una recaudación por taquilla y abonados entre los 19-20 millones.
En el plano deportivo, la caída es más brutal. El bajón de juego llega a extremos alarmantes con respeto a 5-10 años atrás. Dejando a un lado los participantes en el grupo europeo, es casi imposible pagar por acudir a una cancha para ver algo de excepción.
Eso sí, mucho extranjero pero con muy poca presencia. La estadística señala oferta foránea en un 63,8%, pero la media de participación en el juego es de 17 minutos por jugador. La conclusión es que no vienen a generar expectativa.
En definitiva, el futuro se presenta oscuro. Se prevé que se vuelva a abrir la mano en el tema de los ascensos, pues quedarse en participación impar, no parece la mejor fórmula para mantener el estatus. ¿Pero a alguien le interesará dar el paso en las condiciones que imponen?.
Cambio de tercio con dos últimos apuntes.
El primero para el sempiterno líder del fútbol español. Tras lo leído estos días, yo creo, siguiendo sus propios argumentos, que el Comité Antiviolencia debería abrir un expediente a Tebas para declararlo personaje de violencia verbal.
Dice que desconoce el texto de la resolución y el motivo jurídico de la retirada de las sanciones al Deportivo, pero que él está en contra. Eso si que es un presidente de todos. Nuevamente... ¡Impresentable!.
Y por último señalar, si me lo permiten, la pena que me dan aquellos que cuando se ven criticados, entienden que lo son por gente que no sabe de lo que habla o está mal informada. Son los que están por encima del bien y del mal.
Como siempre un placer.