Decía Garitano antes del duelo ante el Villarreal que el objetivo era mantener la portería a cero y, por supuesto, tratar de aprovechar las oportunidades que se presentaran para superar a un buen rival. Pues se cumplió la primera parte anoche en Riazor, Tyton estuvo en su sitio y su defensa, también.
Pero la verdad es que uno se queda con la sensación de que el Villarreal salió vivo, a pesar de las importantes bajas del equipo local. El duelo fue de guante blanco, pero las mejores ocasiones fueron para los blanquiazules. Hubo un palo de Andone y un remate a bocajarro de Joselu, en el que Asenjo evitó un gol ya casi había cantado en la grada.
El Villarreal dio por bueno el empate durante muchos minutos del partido de Riazor, tanto es así que su entrenador decidió mover el banquillo con la intención de salir con un punto en el bolsillo. El Depor lo intentó, pero con la pólvora mojada. Le faltó fortuna.
Fue el de anoche, con las bajas de ambos contendientes, un duelo con mucho respeto. Pero a pesar de eso, si se ponen las ocasiones en una balanza, hay que entender que los blanquiazules se marcharan al vestuario al final del partido con la sensación de que merecieron los tres puntos. Ahora habrá que apurar y poner empeño en recuperar a los jugadores ‘tocados’ y el equipo deberá de dar un paso más en su mejoría en la competición liguera. Ahora, sin Copa, toca crecer en Liga.