La maldición continúa. Ya van doce derbis en liga sin victoria del Laracha sobre el Bergantiños. Ayer estuvo a punto de romper el gafe. El equipo rojiverde iba por delante a falta de un cuarto de hora pero Jorge Cano, protagonista del partido con dos goles y una asistencia, dirigió al Bergan hacia el triunfo en una segunda mitad de locos en el Municipal.
El Laracha saltó al terreno de juego con un 1-4-4-2 con Angeriz, habitual central, situado como pivote formando pareja en el centro del campo con David García para contrarrestar el juego directo del Bergantiños sobre Rivera y el mediocentro Baleato, que merodeaba por esa zona cuando su equipo tenía el balón.
El Bergan formó también con un 1-4-4-2 aunque con matices diferentes a los de su rival. Con balón vaciaba su centro del campo para tratar de jugar por las bandas o de forma directa. Sin riesgos. Así el Laracha no logró robarle el cuero en zonas comprometidas y el Bergan fue poco a poco inclinando el campo a pesar de no contar con un dominio abrumador.
Los porteros apenas tuvieron trabajo en la primera mitad. El Bergan llegó al área rival con mayor asiduidad pero curiosamente el único ¡uy! lo protagonizó el Laracha en el minuto 35. Boedo condujo el cuero hasta el balcón del área, conectó con Iago Novo y este abrió a Adri Castro. El extremo pudo disparar al primer toque pero prefirió recortar y pegarle con la izquierda. Así dio tiempo a la zaga del Bergan a bascular y a bloquear el disparo.
Anteriormente el conjunto visitante había rondado la meta de Ricardo en varias ocasiones pero sin peligro real. Rivera cabeceó alto una falta botada por Cañi en el 13, Antonio incomodó lo justo al propio Rivera tras un centro de Cano en el 22 y Cañi disparó fuera en el 25 tras una asociación entre Rivera y Cano. Poco más. La primera mitad no pasará a la historia por su brillantez.
Segunda parte de locos
Pero en la reanudación cambió el panorama por completo. En los primeros minutos los dos equipos ya pudieron inaugurar el marcador. Rivera casi aprovecha una indecisión entre Antonio y Ricardo, mientras que Adri Castro, forzado, cabeceó alto un centro de Iago Novo.
Estos dos últimos no tardaron en poner en problemas de nuevo a la zaga del Bergan. Aunque esta vez se cambiaron los papeles. Adri Castro apuró la banda, puso un pase atrás e Iago, cuando ya había superado a su par, disparó a puerta estrellando el esférico en el cuerpo de Diego. Otra ocasión clara en apenas diez minutos.
Y tanto fue el cántaro a la fuente, que terminó por romperse. En este caso a favor del Bergan. Cañi recibió el balón en banda cerca de la línea de fondo. Hizo un par de bicicletas, tiró un par de amagos y, cuando parecía que se quedaba sin espacio, se sacó de la manga un centro templado que cabeceó Cano a la red.
El gol pudo haber hundido al Laracha pero provocó lo contrario. En dos zarpazos el dio la vuelta al marcador. El primero se originó en una pérdida de Rivera en el centro del campo. En la contra le llegó el cuero a Adri y el resto es historia. Conducción perfecta y definición implacable con un disparo a la cepa. Y el 2-1 se produjo en un córner. Iago Parga atacó el primer palo y encontró premio: peinada y nuevo gol.
Todas las precauciones y miedos que hubo en la primera mitad saltaron por los aires en la segunda. El partido no tenía dueño y podía pasar cualquier cosa. Pero Cano se encargó de marcar la diferencia. Juego directo, centro espectacular del delantero con el exterior del pie derecho y testarazo de Rivera en boca de gol. 2-2. El derbi se había convertido en una locura impredecible. Pero todavía quedaba la guinda.
En el tiempo añadido Aarón lanzó un córner y Cano se elevó por encima de todos para cabecear en el área pequeña (igual en los tres tantos visitantes) y hacer más grande la maldición del Laracha ante el Bergan.