En una repetición de la última final del US Open, y en el grupo Andre Agassi de las ATP Finals, Rafa Nadal salvó una bola de partido y se agarró a la pista como nunca para imponerse al ruso Daniil Medvedev por 6-7 (3), 6-3, y 7-6 (4), con lo que el tiene aún posibilidades de alcanzar las semifinales.
Nadal llegó a estar 1-5 abajo en el tercer set, pero en una reacción extraordinaria enlazó cinco juegos, enardeció al público con su entrega y acabó desarbolando al ruso en el desempate final, en uno de los mejores encuentros del torneo, de similar intensidad al que disputaron en la víspera Dominic Thiem y el serbio Novak Djokovic, con triunfo por 6-7(5), 6-3 y 7-6(5) del austriaco que le convirtió en el primer semifinalista del torneo.
El encuentro de anoche entre el alemán Alexander Zverev y el griego Stefanos Tsitsipas, ambos con una victoria cada uno, fue crucial para el futuro de Nadal en el torneo, y en su lucha por acabar la temporada como Nº1 mundial.
Confianza
El encuentro enfrentaba a dos jugadores en busca de confianza. Medvedev, debutante y tocado tras un par de derrotas después de un gran curso en el que ha alcanzado el Nº4 mundial, y Nadal, campeón de dos grandes en este curso e intentando coger la forma tras el susto de la distensión en el abdominal en París.
Como en el anterior encuentro contra Zverev, donde no tuvo ni una sola opción de rotura, Rafa se encontró con otro gran sacador. Medvedev colocó al de Manacor 21 directos, y mantuvo durante el primer set su servicio inabordable. Rafa concedió una oportunidad pero la salvó.
Y así, todo se decidió en el desempate, donde el balear empezó cediendo el primer punto, y aunque lo recuperó a continuación, el servicio del ruso marcó las diferencias. Dos ‘robos’ consecutivos hicieron que su rival se hiciera con el primer parcial tras 53 minutos de batalla.
Nadal se había espoleado en cada punto, animándose, insuflando energía en cada movimiento, pero su derecha continuaba sin enganchar la bola. Pese a todo, logró la primera rotura del encuentro en el juego inicial del segundo set. Ese juego que todos los tenistas saben que no deben despistarse con su servicio. Y ahí comenzó el hundimiento de Medvedev en este parcial, y el resurgir de Rafa.
La regularidad del campeón de 19 Grand Slam se impuso. No concedería ni una sola oportunidad de quiebre después, y por el contrario, elaboraría otra en el octavo juego después de una doble falta de Daniil. A la tercera ocasión, tras un fallo de derecha del ruso, llegó la igualdad en el marcador, después de una hora y 35 minutos de lucha.
Remontada épica
En la reanudación, un revés cortado de Nadal al infinito, supuso que Medvedev se pusiera por delante, y que el ruso aprovechará un despiste descomunal del Nº1 mundial para no ceder la delantera hasta marcar el 4-0 y 5-1, a su favor. Ahí se produjo la reacción de un Nadal impresionante de fuerza, que tras salvar una bola de partido en el séptimo juego, ganó luego cinco consecutivos para forzar el segundo desempate de la tarde, ante la depresión de Medvedev que incluso se mofó de los gritos del público, entregado a la gesta del de Manacor.