El retorno del fútbol profesional tras el parón por la pandemia de coronavirus será, muy probablemente, sin público en las gradas. Una diferencia sustancial para el filósofo británico Simon Critchley, para quien sin aficionados “el fútbol se convertirá en algo sin significado”.
“Sin aficionados se convertirá en un espectáculo televisado sin significado, como un ‘reality show’. Creo que el fútbol sin los aficionados se convertirá rápidamente en algo sin significado”, consideró en conversación con Efe por videollamada desde Nueva York, donde enseña filosofía en The New School for Social Research.
Critchley, que ha abordado campos tan dispares como la ética, el humor, el suicidio, la muerte, la trayectoria musical de David Bowie o la relación entre el fútbol y el pensamiento -que trató en la obra ‘En qué pensamos cuando pensamos en fútbol’ (2018)- reflexiona con EFE sobre este momento excepcional, como filósofo y como hincha del Liverpool inglés, al que la pandemia ha interrumpido su camino al título de la Premier League, que no logra desde hace 30 años.
El impacto social
“Creo que el 11 de marzo estaba en un bar a la vuelta de la esquina y me enteré de que Mikel Arteta (entrenador español del Arsenal inglés) había sido diagnosticado de coronavirus. Al mismo tiempo vi que la NBA había sido suspendida. En ese momento me di cuenta”, rememora Critchley.
Desde entonces, la vida de los habitantes de muchos países ha cambiado “muy rápidamente”, obligados a encerrarse dentro de sus casas, algo que para el filósofo es “muy extraño”. “El encierro es lo más difícil y el retorno será más complicado”, augura.
Aunque es un entusiasma aficionado ‘red’, que ansía que su equipo pueda completar la conquista de la ‘Premier League’, no duda en admitir que quizás el último partido de su equipo, contra el Atlético de Madrid en la vuelta de los octavos de final de la Liga de Campeones (victoria 2-3 para los madrileños) quizás no debió haberse disputado en un contexto de expansión de la pandemia.
“Parece que hay evidencias de que en Liverpool hubo un número significativo de casos y una de las hipótesis es tiene que ver con la llegada de miles de aficionados de Madrid. También una hipótesis de la extensión del coronavirus en España creo que fue el Atalanta-Valencia que se disputó en Milán”, razona.
La mayoría de las competiciones planifican un retorno a la competición, cuando las autoridades sanitarias lo autoricen, sin público en las gradas, una característica que, además de restarle significado, puede convertirlo en algo “inapropiado”, aun cuando sirva para dar alegría a una población golpeada por este virus.
“Si el fútbol vuelve lo veré, pero me parecerá algo inapropiado: festejar, animar a un jugador, quizás dé a la gente felicidad, pero quizás no, porque no va a ser algo real. Creo que lo mejor que puede pasar con las ligas es que elijan uno o dos estadios donde haya hoteles cerca, que todos los equipos jueguen durante unas semanas y terminen los campeonatos”, considera el pensador.
Desigualdad total
Critchley considera que una de las cosas que está mostrando esta crisis es “la desigualdad” entre aquellos que viven el confinamiento desde grandes mansiones y lo muestran en las redes, algo que ve “inapropiado”, y trabajadores esenciales como médicos, enfermeros, empleados de supermercados o transportistas, con salarios bajos.
“No tengo muy claro si vamos a recordar esta situación en el futuro tanto como querríamos. Es una situación muy crítica, pero no tengo claro cuánta realidad somos capaces de absorber. Deseo que esto nos cambie, ojalá esté equivocado y seamos mejores en el futuro”, reflexiona.
¿Y cómo debería cambiar el fútbol tras la pandemia? Para el filósofo británico debería reducirse “la locura de salarios y pagos por traspasos” que se pagan actualmente, tendrían que cambiar las instancias de gobierno deportivo como la FIFA, a la que califica de “organización corrupta”, y debería ser deporte más humano.
“Lo único que importa del fútbol es su dimensión humana, quizás a partir de esto pueda haber un cambio en la realidad del fútbol, podamos apreciar lo que realmente importa, lo humano por delante, recuperar una rivalidad feroz y pacífica, nociones como cultura, localidad, tradición... De eso es lo que trata el fútbol”, desea.
“Quizás esto tenga un efecto positivo, quite algo de dinero del juego, nos lleve a preguntarnos por qué los jugadores cobran tanto, por qué los agentes pueden hacer circular los jugadores como mercancías por todo el mundo y la manera en que los grandes equipos como Real Madrid o Barcelona utilizan ese sistema para fichar, o la obsesión por patrocinios e ingresos televisivos”, añade.